Ya tenemos otro candidato a nueva estrella de la cocina infantil. No hablamos de la dulce Aina porque contra todo pronóstico Manuel se ha erigido en ganador de MasterChef Junior 2 con un espectacular menú completo que muchos adultos desearían ser capaces de hacer. Eso después de sobrevivir a la casquería y ver como a su contrincante Martina le tocaba cocinar para el Atlético de Madrid bajo un chaparrón digno de Noé.
El éxito de este programa -como de cualquier otro de talentos infantiles- reside en lo sorprendente que resulta ver comportamientos y habilidades que suponemos adultas en estos pequeñajos. Un show en toda regla pero con ese halo de pedagogía y superación que, junto con la ternura (o no) que inspiran los niños, hace que resulte irresistible para la audiencia.
Aunque tampoco ha sido tan irresistible. Jorge Javier con sus cartas y alguna que otra película han abducido más cerebros ante el televisor que estos minichefs. Pero, en general, ha sido un éxito más que notable, lo que hace presagiar una tercera edición allá por las Navidades de este 2015.
Son conocidas nuestras reticencias sobre el programa, pero además esta edición ha tenido también sus pequeñas polémicas. Para empezar el horario. La lógica dice que no es muy normal que un programa para público infantil termine casi a la una de la madrugada los martes en pleno curso escolar. Porque el programa es para niños, ¿verdad?
Otra más: un rótulo con una ortografía un tanto «excasa«. Algunos hablaban de error imperdonable en un programa para niños, pero igual lo que se quería transmitir era el valor de la creatividad en la escritura…
Aunque, sin duda, la más sonada de las polémicas la protagonizó Víctor al asegurar que “las chicas saben limpiar genéticamente”. Un comentario lamentable que mereció un castigo por parte del jurado.
Más allá de estas pequeñas polémicas, ahora que el programa ya ha puesto el punto final, es la ocasión perfecta para recoger algunos de los momentos que más nos han llamado la atención de esta segunda edición de MasterChef Junior.
El momento más lacrimógeno
No podía faltar el clásico reencuentro familiar de cualquier reality que se precie. Abuelos y abuelas cocineras con los nietos es una fórmula infalible para provocar lágrimas a cascoporro.
Guillermo la lía parda
Meter los mejillones a fuego fuerte sin nada de líquido podría haber provocado una reacción peor que el ácido clorhídrico encima del sulfato de lo que sea. Pero a pesar de eso, Guillermo no mueve ni una pestaña y niega la mayor. La verdad es que nosotros casi preferimos esta quietud vital al nervio desatado de Teresa.
Vuelve Teresa
Teresa se fue en un descuido del programa. Había que recuperarla -a ella y sus lágrimas- como fuera, así que a media competición nos encontramos con una repesca (otro clásico de los realities). Teresa no desaprovechó la segunda oportunidad y ha llegado casi hasta la final.
Momento caos
Es lo que ha predominado en las pruebas de grupo. Nada sorprendente, por otro lado, porque cocinar en grupo con orden y tranquilidad está al alcance de unos pocos semidioses.
Momento cruel
Cocinar bajo presión de tiempo y con productos que no controlas es una fuente de frustración asegurada. Así fue con Mauro. Su impotencia tiene mucha fuerza televisiva, pero también genera dudas éticas sobre el programa. Y es que durante estas semanas hemos visto muchos lloros -de emoción y de rabia- y las frases más escuchadas en los retos han sido “no puedo” y “no llego”. Incluso a Manuel le sangró la nariz de los nervios en la final. Con lo bien que se cocina en casa y con tiempo…
¿Cuál ha sido vuestro momento favorito? ¿Y el peor? Contádnoslo en los comentarios, que ahora quedan muchos meses por delante hasta la próxima edición y con algo habrá que entretenerse.
El comentario sobre la limpieza tiene dos lecturas: una, las chicas limpian por genética, dos, los chicos son unos GUARROS por genética…
Para mi la final soñada era Aina contra Manuel. La veía más completa y creativa que Martina, el plato de pescado de la semifinal era difícil pero se enfrentó a la minuciosidad de la mallorquina.
Ver la prueba final fue un lujo, pero nada más conocer la selección del menú quedó muy claro que ganaría Manuel. A Martina le faltó sumar riesgo a su aplomo en el fogón, si lo hubiera hecho, habría ganado, porque clavar de esa forma un risotto (siempre he pensado que llamar risotto al arroz pasado tipo para perros es camuflaje creativo) y la tarta de tres chocolates no lo hace mucha gente. Pero eran platos ya vistos, conocidos, sin chispa. Manuel arriesgó y sangró, se las vió con sardinas, anguilas y patatas y dio en el clavo del jurado.
El momento hemorragia nasal taponada con papel de cocina es épico. Fan del hermano de Manuel, un crack.
Y fan del padre de Martina, que estaba de rechupete.
Yo también hubiera preferido la final Aina contra Manuel, eso´sí con idéntico resultado porque el chaval era mi favorito desde el 2º programa.
Los amiguismos entre concursantes que no destacan tanto en su versión adulta fueron los que dieron a Martina la posibilidad de estar en el duelo final.
Los jueces fueron muy benévolos con ella en la prueba de eliminación del penúltimo programa considerando que Aina eligió adrede la salsa carbonara para su amiga porque era la que mejor sabía hacer y el plato resulto un tanto desastroso. De la misma manera, Aina hizo en el Calderón el plato mas complicado de los tres, pero Martina era la experta en postres.
Considero que en otro orden de circunstancias, ella hubiera sido eliminada en el penúltimo programa en detrimento de Mauro.pero el haber fallado mas veces en el cómputo global del programa posiblemente fuera la razón por la que el chaval no estuvo en el último programa.
Aún así Manuel ha sido un justo vencedor y espero verle de nuevo visitando a los mayores para darles una lección en la 3ª edición de MasterChef.
Los peores momentos eran cuando aparecía Teresa. Qué niña más inaguantable. Casi dejé el ver el programa cuando la repescaron. Egoista, maleducada, gritona, llorona, exigente, mala compañera ….. vamos toda una diferencia con cualquiera de las otras niñas como Aina o Martina. Espero que no la vuelvan a llamar para ninguno de los especiales que seguro habrá.
Xena, me cuesta creer que tus palabras van en serio y que estás juzgando a una niña como lo harías con un adulto. ¿Inaguantable, llorona, exigente, mala compañera? No creo que hayamos visto el mismo programa.
Teresa no solo ha demostrado ser un ejemplo de superación y perseverancia, ha demostrado tener educación cuando ha sido necesario, es agradecida y la verdad, muy talentosa. Que me digas que «toda una diferencia con cualquiera de las otras niñas como Aina o Martina»; Martina ha sabido en todo momento que era una competición y ha hecho gala de ello en más de una ocasión con comentarios e insinuaciones empapadas de «orgullito», «celos» y «envidia», todo un cachorro haciendo acopio de lo que ha oído decir a sus padres, otros dos personajes que dejaron claro que les iba el «chismorreo» malévolo, comparando en la final lo limpia que estaba la mesa de su hija en comparación a la de Manuel (en plena final y mientras cocinaban). Esto no se hace con un niño, ni esas comparativas, ni las que tú haces en tu comentario porque dice mucho de ti y lo que tienes entre las orejas, un cacahuete reactivo a los impulsos de la televisión, una ignominia irreversible en la que estás sumida.
Yo espero que tú no vuelvas a comentar con tu punto de vista carente de empatía. Me parece de tan mal gusto que la «satanices» de este modo, que desees que no la llamen, que solo espero que aparezca en todas partes para que te salga una urticaria en la frente.
A mi ver, los mejores concursantes, Manuel y Aina, seguida por Teresa y Martina. Como personas, no juzgaré a niños de 10 u 12 años por sus comentarios y actitudes propias de personas de su edad, pero sinceramente, Manuel es todo un ejemplo a seguir, incluso para tí.
Me alegro mucho de que ganase Manuel, ha jugado limpio en todo momento.
Mo puedo con la falsa modestia de las niñas Aína y Teresa, ni con el victimismo de esta última cuando los demás responden (siempre educadamente) a sus continuas provocaciones. Por muy niñas que sean son en realidad mala gente…
Dos piedras, tus comentarios tipo «urticaria en la frente», «cacahuete reactivo» y demás lindezas te retratan y te ponen a la misma altura que Teresa
Yo he visto el programa y Teresa, en algunos momentos, ha sido muy mala compañera. cuando todos se han ayudado siempre, ella cuando le pidieron un producto, le dijo al otro niño «lo tengo pero no quiero dejártelo» (y al menos, dos detalles más bastante desagradables). A ella la ha ayudado todo el mundo y ella no ha ayudado a nadie. Era muy inaguantable. No lloraba: gritaba de rabia.
Pues yo estoy de acuerdo en que Teresa no sólo era inaguantable sino que en realidad a quien dejó en muy mal lugar fue a sus padres. Todo un ejemplo de cómo han maleducado a una cría a la que no han inculcado ningún valor y además, han consentido claramente. Me alegré mucho las 2 veces que la expulsaron porque era un pésimo ejemplo. Manuel un sol, con talento innegable y además, un gran compañero. Un 10 a su padres. El chico seguro llegará muy lejos!
Sinceramente, no soy quien para erigirme en juez de nadie porque no conozco a los niños que han participado en masterchef junior ni a sus familias. Tampoco conozco los entresijos de todo el proceso de la producción del programa, y en televisión nada es lo que parece. Yo he visto nada más y nada menos que un reality show con niños. Respeto profundamente a la infancia y estos niños son parte de ella, por lo que jamás me atrevería a expresar por escrito o públicamente lo que pueda pensar de cada uno de ellos. Sólo sé que me ha parecido vergonzoso el tratamiento que se les ha dado a algunos de ellos tanto en el programa como en las redes como en internet, en un país civilizado que se supone protege a su infancia. El que esté libre de culpa, lance la primera piedra.Saludos
Me repugnan los comentarios que se hacen, se han hecho o se puedan hacer acerca de niños de masterchef junior. Si en la frase » Carmen dice QUE la mujer de Juan ha encontrado trabajo», eliminamos el «QUE», y Carmen se convierte automáticamente en la mujer de Juan. Si vemos un vídeo donde un chico pega a un señor mayor, pensamos lo agresivo que es el chico, pero si se muestra lo que ha sucedido antes y es que el señor mayor agredió antes al chico, (y estando mal lo de la agresión), nuestra perspectiva cambia radicalmente. Pues creo que lo mismo sucede con estos programas, que descontextualizan las imágenes para crear más audiencia ( lo que supone más dinero), pero no salen las secuencias anteriores. Por ello hay que reflexionar antes de verter nuestros comentarios para que no nos den «gato por liebre».
Por cierto, los niños no han alcanzado todavía el grado de hipocresía de los adulros, ellos son más naturales y más inocentes, como corresponde a su edad. Además vivimos en un mundo en donde nadie es machista, mal compañero, egoísta , gritón, hipócrita, llorón, vago…, un mundo perfecto que no se corresponde con el que yo vivo día a día.
Me gustaría hacerles una sugerencia a ustedes y otros medios de comunicación. Deberían eliminar los comentarios hirientes acerca de niños de masterchef junior o de otros, para preservar algo su imagen, dentro de las circunstancias, y que no quedara escrito en internet para la posteridad, diría mucho de ustedes y de los demás medios de comunicación. Saludos
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