‘Los Recetarios’, cuando el proyecto gastronómico más interesante del país no va de cocineros

¿Hace falta otro festival de gastronomía? De entrada, la respuesta sería un no, por mucho que cada lugar quiera el suyo como si de una estación de AVE o un aeropuerto se tratara.

Y es que, desde hace un tiempo, hay cierta sensación de burbuja en este tipo de encuentros. Las mismas caras, los mismos egos, normalmente los mismos discursos y solo de vez en cuando una técnica, una historia, algo diferente e interesante.

Eso es lo que ha ocurrido este pasado fin de semana en Ezcaray con la primera edición de MaMa, una cita gastronómica que de entrada llega con nombre de mujer y reivindicación de la cocina popular, la de las madres y la de las casas. Parece mentira que eso sea algo nuevo, pero lo es.

Organizado por Francis Paniego como homenaje a la cocinera Marisa Sánchez -su madre, fallecida hace un año-, el encuentro ha servido, además, para dar el pistoletazo de salida al que, sin duda, es el proyecto gastronómico más interesante del país ahora mismo: Los Recetarios.

Las periodistas Ana Vega y Carmen Alcaraz del Blanco tuvieron la idea y se han encargado de ponerla en marcha: recuperar y salvar esos recetarios olvidados de madres y abuelas e impedir que todo ese conocimiento y esa parte de la historia gastronómica del país se pierda.

Ezcaray ha sido la primera parada de un viaje que necesariamente tendrá que ser muy largo. Allí han recopilado los recetarios que los vecinos de la zona han acercado. A ellos se les suman los que les llegan por correo y por las redes sociales, donde la acogida ha sido excelente.

Cómo no iba a serlo. De hecho, seguro que entre la alegría y esa envidia sana de ver que buenas amigas tienen grandes ideas, muchos nos hemos hecho la misma pregunta al conocer el proyecto: ¿cómo es posible que algo así no se hubiera hecho antes? ¿En qué demonios estamos pensando quienes nos pasamos el día escribiendo sobre los mismos cocineros, los restaurantes de los que todo el mundo habla, la penúltima polémica absurda en MasterChef o la receta de aguacate de turno?

Aunque las aportaciones de todos esos recetarios olvidados son la pieza clave del proyecto, evidentemente hará falta algo más que el trabajo voluntario de dos periodistas y divulgadoras freelance para sacarlo adelante.

Ojalá que esos mismos fondos privados que parecen no agotarse nunca para proyectos titánicos como la Bullipedia, puedan también aportar dinero y recursos para salvar y conservar estos recetarios.

Ojalá que las entidades públicas que siempre encuentran fondos para el festival o la capitalidad gastronómica de turno sean conscientes de la importancia de un proyecto como este para la cultura y la memoria del país.

Esperemos que así sea. Mientras tanto, toca revisar cajones de casa y rescatar esas recetas y esas notas que nunca tendrán una Estrella Michelin, pero sí un pequeño lugar en la historia de la cocina de cada pueblo.