¿Cómo valorar a primera vista el nivel de higine de un restaurante? En algunos países existe una catalogación que debe estar expuesta al público y que otorga una nota según el nivel de limpieza. Pero a falta de este dato, posiblemente todos pensemos en que lo mejor sería colarnos en la cocina o visitar el baño para hacerse una idea del nivel general.
Aunque estas dos zonas se supone que son las más sensibles de cualquier local de hostelería, en realidad, un reciente estudio ha demostrado que tal vez deberíamos preocuparnos más por otro elemento que normalmente pasa desapercibido: la carta.
Y es que según el estudio Pathogen persistence in restaurant menus: comparison between materials, elaborado por el departamento de Ciencia y Tecnología del Basque Culinary Center, las cartas de algunos restaurantes pueden albergar miles de millones de bacterias por metro cuadrado.
Puede que esta cifra no diga demasiado, pero la citada comparación con los baños de los restaurantes es posiblemente mucho más ilustrativa. Tal y como explican los responsables de este informe presentado en otoño del año pasado, entre las bacterias más habituales figuran la E. Coli y la S. Aureus, ambas potencialmente responsables de toxiinfecciones alimentarias.
El problema es que las cartas pasan por las manos tanto de los trabajadores del restaurante como de todos los clientes, con lo que se produce una acumulación de bacterias que pueden reproducirse si la carta no se limpia adecuadamente o se renueva a menudo.
Tal y como explican en El Mundo, el experimento analizó durante tres meses la carta de una docena de restaurantes de San Sebastián, y concluyó que lo mejor es el uso de cartas de papel -mejor reciclado, concretan- que se cambian de forma más habitual que los soportes permanentes o plastificados, con muchos puntos de convertirse en un nido de bacterias.
Así que una carta cochambrosa, no sólo da una mala primera impresión de un local, sino que también puede convertirse en un auténtico peligro para la salud de los comensales.
Y no digamos nada de las cestas del pan, que dan más asco que el suelo de una cuadra de vacas.
la carta no te la comes-
No estaría mal que se inspeccionaran con más frecuencia los restaurantes y demás establecimientos relacionados con la alimentación y que se les otorgara una calificación de nivel higiénico que tendría que estar expuesta al público.
¿Los cestos/as de los supermercados donde llevar los productos no los limpian nunca o qué?