Reconozcámoslo: comer pizza en la cama no es cómodo ni sencillo. Por mucho que pueda ser el sueño gastronómico de muchos amantes de la pizza -¿lo es?-, las posibilidades de acabar con las sábanas hechas un cuadro son altas.
Poner la caja con alguna que otra mancha de grasa encima no es buena idea, pero dejarla a cierta distancia y tenerse que levantar a por cada porción también da bastante pereza.
¿La solución? Efectivamente, no comer pizza en la cama y comportarse como personas adultas con dos dedos de frente. Pero si insistimos en la idea, hace un tiempo desde la cadena Boston Pizza lanzaron una propuesta bastante ingeniosa: convertir la caja en una bandeja para la cama.
Presentada como la primera caja de pizza diseñada para comerla en la cama, el invento demuestra dos cosas: que siempre queda algo por inventar y que si IKEA vende comida, también las pizzerías pueden jugar a diseñar muebles.
Bromas al margen, si hacemos caso al vídeo, el sistema parece funcionar bastante bien y –según explican sus creadores– tras esa aparente sencillez se esconde un cuidado diseño para conseguir que soporte el peso de la pizza, que sea suficientemente alta para poner debajo las piernas y, sobre todo, que siga siendo una caja capaz de transportar una pizza antes de convertirse en una bandeja.
Quienes entusiasmados por la idea ya estén buscando la dirección de su tienda Boston Pizza más cercana para encargar media docena de estas, tenemos malas noticias: se trata de una edición limitada que esta cadena de comida sólo lanzó en Canadá y durante unos días muy determinados del pasado mes de junio, coincidiendo con la celebración allí del día del padre.
Eso sí, estamos convencidos de que cualquier amante de la pizza y de Bricomanía será capaz de idear algo parecido.
Comer en la cama es una cochinada, aquí y en la conchinchina. Si no estás enfermo e impedido para levantarte lo normal es comer en la mesa de la cocina o comedor.