Probamos UberEATS: de polémica alternativa al taxi a servicio de comida a domicilio

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Hace unos meses copaba todos los titulares y se convirtió en el enemigo número uno de las asociaciones de taxistas de España. En otros países sigue operando pero, aquí, el polémico servicio de transporte de Uber se reconvirtió hace unos meses a UberEATS. Ahora ya no pueden llevarte de un lado a otro de la ciudad, pero sí acercarte la comida a casa.

Un cambio de rumbo bastante inesperado que, de hecho, se estrenó a nivel mundial en Barcelona el pasado mes de febrero. Hace unos días el servicio también entró en marcha en Chicago y Nueva York, donde convive con el negocio original de esta firma basada en lo que Carles Lloret -máximo responsable en España- denomina «economía colaborativa». Por ahora no hay fechas para su expansión a Madrid o a otras ciudades españolas.

La propuesta de UberEATS es muy sencilla: a través de una aplicación en el móvil, elegimos los platos que se proponen, marcamos el punto de recogida y en unos 10 minutos uno de los chóferes llegará y nos estregará el pedido en una bonita bolsa de tela negra con el nombre de Uber rotulado y con la que -pensamos mientras subimos a casa- posiblemente no sea recomendable subirse a un taxi.

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La comida llega puntual y caliente, pero hay dos detalles a tener en cuenta: no se entrega a domicilio, sino a pie de calle, y todavía hay bastantes zonas de Barcelona que no están cubiertas, aunque se está trabajando en ello. «Empezamos a operar este mes de febrero y en este tiempo no sólo hemos ampliado la zona de servicios, que ya incluye Ciutat Vella, Eixample, Sarrià – Sant Gervasi, Poble Nou y la Barceloneta, sino que también hemos ampliado la oferta con dos opciones de comida y cena y un menú especial de fin de semana para hacer ‘Brunch’, disponible los sábados y domingos de 10:00 a 14:00», nos explica Lloret.

AppStore_UberEATS-Pantalla-2Otro rasgo que sorprenderá a quienes realicen su primer pedido es que, frente a otros servicios en los que la variedad de la oferta y opciones es uno de sus argumentos, aquí hay pocas opciones pero bien seleccionadas. «Priorizamos cada día recetas que empleen productos de temporada y sean variados y creativos en cuanto a la selección de ingredientes. También buscamos introducir platos creativos, que sean innovadores o bien reinventen recetas tradicionales»

De la selección de esos dos platos para la comida y otros dos para la cena -con algunas bebidas y zumos- se ocupa Plateselector, un magazine gastronómico con un enfoque muy moderno y, como ellos mismos dicen, urbanita. En nuestro caso, un wok vegetariano de Wokimarket y un estupendo bocadillo de Manolete acompañado de pequeñas patatas asadas. Todo ello por 20 euros más 2,5 euros por transporte.

La clave para esa rapidez de entrega está en que los conductores van a los restaurantes a cargar los platos antes de que comiencen las horas de servicio: a partir de las 12.30 al mediodía y de las 8 por las noches. Repartidos por las zonas de entrega, cuando se acaban las provisiones, vuelta a cargar a los restaurantes que participan. Según los datos que maneja la compañía, se trata de uno de los servicios de comida a domicilio más rápido del mundo.

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Pero ¿es rentable? Desde UberEATS aseguran que sí. «Los establecimientos preparan los menús justo antes de su hora punta, de manera que añaden un canal de venta sin tener que incrementar significativamente sus recursos. En muchas ocasiones, los restaurantes llegan a doblar su facturación gracias a este sistema de trabajo más eficiente». Además del beneficio económico -explica- también hay que tener en cuenta la posibilidad de llegar a zonas y clientes más allá del alcance normal de un local y que para muchos restaurantes ha supuesto ofrecer un servicio de entrega, con el que no contaban, sin apenas inversión.

En el caso de los conductores la respuesta es similar aunque sin cifras concretas. «Pueden generar ingresos adicionales de una forma práctica y flexible, pues no son empleados y pueden seguir el horario que deseen, amortizando además un vehículo que ya poseen, pues se incrementa su uso», explica Carles Lloret.

El pago del pedido se realiza a través de la tarjeta vinculada a la aplicación y el recibo llega por correo electrónico al instante. Todo funciona como en el Uber original, e incluso en el comprobante se especifica la distancia recorrida por el conductor, como si se tratara de un recorrido más que de una entrega a domicilio.

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Tal vez por eso exista esa sensación de que la apuesta gastronómica es sólo una solución temporal hasta que se busquen nuevas vías o soluciones para el que, en el resto del mundo donde opera, es el negocio principal de la compañía. Pero no parecen esos los planes de Uber, según explica Lloret. De hecho, la firma, ya en agosto de 2014, inició en San Francisco una prueba con un servicio de entrega de comida (UberFRESH) aunque el estreno definitivo fue en Barcelona.

Una ciudad cuyo carácter -nos asegura cuando bromeamos con la idea de que estamos ante la versión hipster de otras propuestas de comida a domicilio- también marca la oferta de platos. En cualquier caso, ocurra lo que ocurra con Uber, el plan es mantener esta versión gastro. «Los resultados de UberEATS están cumpliendo las expectativas y estamos trabajando para ampliar la zona de servicio, de manera que es un servicio que vamos a mantener», ratifica.

3 COMENTARIOS

  1. El tema está en que si esos conductores están cotizando a la SS ya sea por cuenta ajena o propia, yo lo pongo en duda.
    Uber está prohibido en más de la mitad de la UE en más de la mitad de USA, en China, corea del sur, etc…
    Se pasan las leyes a la torera y despiden a «sus trabajadores» bloqueandoles la app, es vergonzoso.

    Per claro ellos están en Delaware, paraiso fiscal USA y lo de las leyes e impuestos para los demás, el dinero limpio, JETAS se llama eso.

    Pronto tendremos una asociación afectados por UBEr con pancartas «no tenemos cobertura social ni pensión ni ayudas».

  2. pues también debería de ser ilegal ya que en España para trabajar hay que tener un contrato laboral y cotizar a la Seguridad Social que es eso de colaborativa que se marchen de aquí hombre no los queremos

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