“Hay un par de requerimientos legales, así que hemos optado por retirar la lona con la campaña”, nos cuenta Bernat Añaños, uno de los responsables de Heura Foods. Esta empresa de Barcelona, pionera y referencia mundial en productos similares al pollo a base de proteína vegetal, lanzó hace unas semanas un contundente mensaje en pleno centro de Madrid: “Una hamburguesa de carne contamina más que tu coche”.
¿Realmente es así o solo una frase para llamar la atención? Hay estudios -nos explica- que aseguran que producir un kilo de ternera genera 58,8 kilos de CO2, lo que son unos 241 kilómetros en coche.
Pero más allá de los datos y del aparente enfado de la industria ganadera, desde Heura Foods aseguran que “el debate no es la comparación en sí, sino un tema más global”.
Pese a ello, afirman no querer entrar en batallas legales por una campaña publicitaria, sino aprovechar esa energía para el debate que importa y que viene: la transición proteíca. Un concepto que puede sonar extraño pero del que, asegura Añaños, oiremos hablar mucho en los próximos años.
Más datos de los que se manejan en este incipiente segmento de la denominada carne vegetal: para 2040, la mayoría de la proteína no será de origen animal.
Tras haber recibido diversos requerimientos legales mañana retiraremos la lona colocada en Madrid antes de lo previsto. Pero no queremos poner el foco en el terreno judicial, el reto es demasiado grande como para hacerlo. Lo importante es el diálogo.
🌱💛🌎🐓 #TransiciónProteica pic.twitter.com/CYHINbjHMX— Heura Foods #FoodActivists (@HeuraFoods) December 3, 2020
“España tiene la capacidad de liderar esta transición”, asegura Bernat Añaños. Aunque cuesta imaginarlo teniendo en cuenta que si algo lidera España ahora mismo es el sector de las granjas industriales de cerdos, en Heura están convencidos de que el futuro pasa por guisantes y soja y que, lejos de destruir empleo o riqueza, esto puede tener un gran potencial económico y generar trabajo. Y de mayor calidad.
«No queremos destruir la industria cárnica, no vamos en contra de los ganaderos», insiste. A fin de cuentas se trata de cambiar los procesos de producción, cambiando el origen -animales por proteínas vegetales- pero, más allá de este cambio, «la maquinaria no es tan distinta».
Según recuerdan, ese debate pendiente que ellos quieren poner sobre la mesa también incluye a las administraciones públicas, responsables en última instancia de liderar esa transición y revolución vegetal que está por venir. O que puede que estemos viviendo ya.
Mientras señalan a Estados Unidos y experiencias de reconversión de granjas ganaderas en centros de producción de bebidas vegetales, le trasladamos una de esas preguntas que algunos productos veganos siempre despiertan: ¿lo mejor para dejar de comer carne no es comer guisantes sin más en lugar de guisantes procesados y convertidos en un producto similar al pollo o las hamburguesas?
Sí, reconocen. Pero se declaran ex-amantes de la carne y ser conscientes de dónde venimos y dónde estamos. De ahí la apuesta por «productos que ayudan a mantener tradiciones, porque a todo el mundo le gusta una barbacoa. Nosotros solo queremos que sea vegetal».
De hecho, los planes de una de las empresas de alimentación con mayor proyección de futuro del país van en esa dirección: ofrecer, a base de proteína vegetal, «todos los formato cárnicos disponibles ahora en el mercado». Nada menos. La lista es muy larga e incluye ideas que a más de uno le harán poner el grito en el cielo. ¿Llegaremos a ver un jamón vegano?