¿Está acabando el exceso de deberes de los niños con las cenas familiares?

Deberes-cenas

Los niños tienen demasiados deberes. Una de esas frases muchas veces repetidas pero que cuando empieza el curso se convierte en debate. En realidad nada es nuevo -que levante la mano el que no recuerde una buena lista de tareas para hacer en casa-, pero lo cierto es que las cifras de un reciente estudio encargado por IKEA pueden llegar a sorprender.

Que a los niños no les haga mucha gracia tener que hacer deberes es más que previsible. Así, el 42% de los estudiantes entre 7 y 17 años consideran que tienen que dedicar demasiado tiempo a esta tarea. ¿Cuánto tiempo? La mayoría calcula que entre media y una hora cada tarde, mientras que hay quienes alargan esta estimación y hablan de una o dos horas cada día.

Acostumbrados a que en otras generaciones pasarse unas cuantas horas encerrados estudiando fuera casi motivo de orgullo para los padres, sorprende comprobar que los tiempos han cambiado y que los progenitores critican casi más que sus retoños los deberes. El 65% de ellos creen que sus hijos están demasiado agobiados por estas tareas, y 1 de cada 3 habla de un «tiempo excesivo» dedicado a los deberes diarios. De hecho, la petición dirigida por Eva Bailen al Ministerio de Educación para pedir que se racionalicen los deberes ha tenido una excelente acogida.

Efectivamente, España se encuentra entre los 5 países de la OCDE cuyos colegios encargan más deberes a los alumnos, y según el informe PISA de 2012 se encarga una media de más de 6 horas semanales de deberes. ¿Y qué opinan los profesores? Curiosamente, casi el 60% de ellos asegura no mandar deberes, y los que sí lo hacen defienden la idea para generar un hábito de estudio o reforzar los conocimientos aprendidos en clase.

Más allá de este choque de opiniones a partir de los datos de 2.400 entrevistas realizadas en todo el país a padres, niños y profesores, la pregunta que IKEA pone sobre la mesa -nunca mejor dicho- es cómo afecta este supuesto exceso de deberes de los pequeños de la casa a la vida familiar. Concretamente a la cena, considerada por muchos el momento clave para reunirse y charlar.

Casi el 50% de los estudiantes asegura que si tuvieran menos deberes podrían disfrutar más de las cenas familiares. Claro, qué van a decir ellos, pensará algún que otro escéptico respecto a las intenciones de los más jóvenes y sus ganas de charlar animadamente con los padres como en una de esas bonitas series de televisión.

Los padres se apuntan a esta opinión, y -según los datos expuestos por IKEA como parte de su campaña #Salvemoslascenas– para muchos siguen siendo el momento perfecto para hablar y comentar cómo ha ido el día. ¿Entorpecen los deberes esta rutina? Apenas el 42% comparte esta idea, lo que nos lleva directamente a otro de los datos que, no por esperados, resulta menos curioso: la presencia de la televisión a la hora de la cena.

Pimentero-WiFi

Y es que más del 45% de las familias cena a diario con la televisión encendida. Por suerte no se ha concretado mucho más para saber si es viendo documentales de La 2, algún programa cultural de Tele 5, o asustándose con las siempre terribles noticias de Antena 3.

¿Y si es la televisión y no los deberes lo que se está cargando -o hace ya tiempo que se cargó- las cenas familiares? Posiblemente también tocaría actualizar ese tópico y empezar a pensar en el efecto de los móviles a la hora de sentarse a la mesa. 

Igual habría que sugerir a IKEA que, más allá del interesante debate sobre los deberes de los niños, comience a vender en sus tiendas este pimentero mágico que bloquea todos los móviles, televisiones y trastos de la casa. Seguro que eso sí puede salvar las cenas.

8 COMENTARIOS

  1. Es lamentable que tenga que ser un anuncio el que tenga que poner de relieve un problema que se lleva arrastrando desde hace décadas, pero claro, en este país somos los campeones para hacer normal lo que es una anormalidad absoluta.

    Cuando yo era estudiante de la gama general, y de eso hace ya casi 15 años, recuerdo que en 4ª de la ESO nos mandaban tantos deberes que empezábamos justo después de comer, a las 15:30, y yendo a piñón a muchos se les hacía las 1 de la madrugada del día siguiente y todavía no habían terminado lo que era para mañana. Yo era más pasota y solo hacía hasta donde pudiese o quisiese, según el día, pero los que «hincaban el codos» (sin ánimo de ofender) se quedaban prácticamente sin días para ellos mismos, todo era estudiar desde que se levantaban hasta que se iban a dormir, prácticamente sin parar. ¿El motivo de esta locura? Pues que cada profesor se empecinaba en que nosotros solo estudiásemos su asignatura y que aparcáramos la de los demás, cuando eso es un planteamiento absurdo porque en teoría tendríamos que aprobar todas las asignaturas, no una en concreto. Y viendo lo poco que ha cambiado la mentalidad del profesorado desde entonces me temo que la figura del profesor que hace lo imposible para los alumnos solo estudien su asignatura aún existe.

    ¿Los estudiantes españoles dedican demasiado tiempo a los deberes? Sí, pero por favor, no vendan esto como algo nuevo porque no lo es, es algo que llevamos generaciones arrastrando pero que se ha visto como algo normal hasta ahora. Dicen las estadísticas que los niños dedican dos horas a los deberes, ojalá eso fuese cierto, porque me temo que la realidad es que son al menos una más (y en secundaria incluso dos, y hasta en algunos centros están más horas haciendo deberes que horas pasando en el centro). Yo no digo que no se manden deberes, porque creo que eso ayuda a los niños a ser más responsables, pero estos tienen que estar en su cantidad justa, porque está más que demostrado que su exceso no mejora el rendimiento académico, por mucho que muchos de nuestros obsoletos profesores digan lo contrario, y al final lo que termina provocando es hartazgo de los alumnos, haciendo que estos aborrezcan los estudios porque ven que les ocupan demasiado tiempo, tiempo que desearían dedicar a juegos y quedar con los amigos, algo que tendría que ser lo más normal del mundo en todo occidente, porque claro, la «admirada» Corea del Sur, número 1 por su sistema educativo, tiene una de las tasas de suicidio infantil más altas del mundo. Adivinen por qué.

  2. Los profesores se exceden con los deberes para casa. Los niños pasan 5 horas en el colegio y por la tarde necesitan descansar y disfrutar de su niñez.

    Por otra parte, hay que ser conscientes de que muchos padres estan trabajando y les es muy dificil poder ayudar a sus hijos con los deberes, y si lo hacen es a deshoras, cuando llegan de trabajar.

    ¿De verdad es necesaria esa carga de trabajo extra para nuestros hijos? Creo que la educacion en este pais necesita un cambio importante en su modelo de impartir la enseñanza, ¡lo veo tan anticuado y tan aburrido!

  3. Como padre, mi experiencia fue terrible al respecto, perdí mucho tiempo de estar y disfrutar de mis hijas. Como profesional, he de decir que, en general la experiencia de los otros padres ha sido similar. No hablemos de riesgo, hablemos de hechos . La pregunta que hay que hacerse es ¿El problema de quién pretendemos solucionar? Sin duda hay un problema educativo y social pero no está en los hogares. En los hogares hay otras cosas en las que educarse: hablar, colaborar, apoyar, aprender hábitos de vida sana, etc. ninguno de estos aprendizaje se trasladan como deberes al colegio. » A ver, Juanito: ¿como pusiste la mesa ayer en casa? ¿Ordenaste tu habitación, cómo lo hiciste? Te enfadaste con tu hermana? ¿Que deberías hacer?»

  4. Sin lugar a dudas.

    Cenas tardías, horas de sueño robadas a los niños y a los padres, familias «agotadas» porque llegas de trabajar, recoges a tus hijos, meriendan y a hacer deberes como locos.

    Una cosa es estudiar para exámenes y otras cargar a los niños de todas las asignaturas con deberes de cada una.

    Es responsabilidad de los docentes «enseñar» a los niños la cultura y asegurarse de que la aprenden o hacer lo posible para que lo hagan y no mandar una pila de deberes diaria para que sean los padres los que resuelvan las dudas que ellos no han sabido resolver.

    ¡Ya está bien! Los deberes están acabando con muchas familias.

  5. También quería comentar que alguien dice que sus hijos tras » 5 » horas de estudios es suficiente.

    No sé a qué colegio van pero los míos hacen 7 horas y luego deberes.

    El niño entrena a fútbol y más de una vez, el pobre ha tenido que quedarse varias veces casi hasta las 12 de la noche haciendo deberes tras volver del entreno.

    ¿Qué debemos hacer? ¿Le quitamos también del deporte? ¿de algo que le encanta hacer?

    Supongo que también dependerá del colegio puesto que tengo unos amigos que en el colegio donde estudian sus hijas no ponen deberes hasta que llegan a la ESO.

  6. ja ja jaj ja jaj la tele y las consolan acaban mas que los deberes y el estudiar, pero como siempre la culpa para otros, por cierto gran parte delos deberes de primaria incluso en su totalidad en algunos colegios es lo quelos niños tiranos y vagos noles ha dado la gana de hacer en clase

  7. Un reciente estudio de Ikea… O sea, seamos serios, ¿me está usted diciendo que se basa en un estudio encargado por Ikea?

    Añade: «Así, el 42% de los estudiantes entre 7 y 17 años consideran que tienen que dedicar demasiado tiempo a esta tarea». De nuevo, seamos serios, ¿qué espera usted que opine un niño o adolescente sobre responsabilidades? Es normal que se quejen. En la infancia y adolescencia son rebeldes por naturaleza que luchan contra la norma, lo establecido, la responsabilidad. En eso consiste educar: en que no es lo que ellos dicen o desean sino en reconducirles y guiarlos.

    Lo que veo es que para sustentar semejante idiotez los padres:

    1) Se basan en que ellos se quejan. Como el niño se queja, hay que hacerle caso al niño. Eso es colmo de la irresponsabilidad como padres.

    2) Se basan en el exceso de ¿tareas? Pero no veo por ningún lado el pésimo informe Pisa sobre España. Consulte el modelo finlandés y ya hablaremos largo y tendido. Asimismo consulte con expertos como Javier Urra o Rocío Ramos Paul.

    3) Toda esta pataleta de los padres (ahora tan preocupados por el tiempo) me recuerda al interesante artículo de Antonio Orejudo, Menores y Papanatas, en el que tenía una clara visión de lo que sucede actualmente con la educación, la dejadez, la desidia parental y cito:

    «La idealización de la infancia es una actitud muy reciente, consecuencia del desarrollo económico de nuestras sociedades y de la literatura psicoanalítica, que localizó en los primeros años de vida la formación del carácter adulto. Esta tendencia ha ido a más y en la Europa de natalidad casi cero la exaltación de la infancia ha alcanzado niveles de frenopático. Basta ya. Una cosa es proteger a los niños de la explotación laboral y sexual y otra divinizarlos[…] Nuestros colegios están llenos de niños silvestres, cuyos padres han dimitido de su cargo por desinterés o acogiéndose a la coartada del respeto a la libertad».
    (Menores y Papanatas, 27 Mar 2010).

    No pretendan vender la moto de pasar más tiempo en familia y que eso no sucede por exceso de tarea. Asuman ustedes su responsabilidad (o la carencia de ella), la falta de herramientas como organización, disciplina y tiempo estructurado. Si ustedes se ahogan en vasos de agua, no provoquen maremotos acusando y señalando siempre al otro (en este caso el exceso de tareas) .

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