Nos tiene el monarca muy entretenidos con sus aventuras. Entre el accidentado viaje a tierras africanas para conocer su fauna, el yerno imputado y su revelación como blogger no hay día que no aparezca por algún lado.
Con todos los focos de atención en su persona no es extraño que salgan a relucir todo tipo de datos sobre su vida «privada». No hablamos de Corinnas ni nada de eso, sino de algo mucho más interesante. Interviú nos ha desvelado las preferencias gastronómicas de la Familia Real cuando viaja en avión.
Aún recordamos cuando los pobres ciudadanos humildes que viajábamos en clase turista podíamos disfrutar de la denostada comida de avión – casi tan denostada como la de hospital -. La llegada de las low cost eliminó la mayoría de estos ágapes, no así en las envidiadas business class. Y además seguro que lo suyo es comida de verdad.
Bien, vayamos al grano. ¿La familia Real qué come cuando viaja? Pues parece ser que el Rey le gustan las sardinas picantes de una marca muy determinada y la paella de marisco, aunque le da pereza pelar los langostinos y sacar las almejas de sus conchas. Desde aquí, donde le comprendemos muy bien, le enviamos esta sugerencia que seguro será de su agrado.
La Reina opta por comida vegetariana como podría ser esta receta, o esta otra. A Letizia parece ser que le encantan las lentejas, el chocolate y los kikos, alimentos muy austeros, reminiscencia de su pasado proletario. No así la Infanta Cristina que tiene gustos muy acordes con los tiempos que vivimos: chocolate y caviar. Lo sentimos, no tenemos receta con caviar – ¡pobres! como diría Espeonza -.
Resumiendo, el avión de los Reyes debe contar con una cocina que ni en el Bulli. Cada uno con su tema. Así no es extraño que cuando se juntan 40 en una expedición el coste sólo del catéring ascienda a casi 4.000 euros. No se preocupen, para cuando lleguen los recortes también tenemos ideas para ellos. Que se lo pregunten a Rajoy.