No, no nos hemos vuelto locos: se puede cocinar con el lavavajillas. Nosotros también pusimos nuestra mejor cara de escepticismo al oír hablar por primera vez de este invento de Lisa Casali pero, pensándolo bien, tampoco es tan absurdo lo que se propone: aprovechar el calor del lavavajillas para cocinar a baja temperatura alimentos previamente resguardados en tarros o envasados al vacío.
Puede que suene un poco a marcianada, pero tras echarle el guante al libro escrito por esta italiana y editado en España por Larousse, la idea empieza a parecer algo bastante razonable y, lo que es más importante, viable si queremos ser los cocinillas más originales del barrio y marcarnos un punto en lo que respecta a sostenibilidad.
Porque esa es una de las claves de esta propuesta: el ahorro energético que supone aprovechar el ciclo del lavavajillas y los huecos que quedan libres entre platos y cazuelas sucias, para cocinar. Dicho así puede dar un poco de cosa, pero la cuidada edición del libro, las bonitas fotos y la buena pinta de las recetas seguro que nos animan a probarlo. Nosotros, al menos, no pudimos resistirnos al ataque de curiosidad.¿Qué se puede cocinar en el lavavajillas? Básicamente verduras, carnes y pescados. Tener una máquina para envasar al vacío será muy útil para las carnes y pescados, pero con botes herméticos también se pueden elaborar muchas preparaciones con este curioso sistema de cocción a baja temperatura.
Para dar un toque de normalidad a su revolucionario sistema de cocina, Casali ha optado por organizar el recetario en menús completos de temporada, clasificados además según los diferentes programas de lavado. Porque, claro, no es lo mismo un lavado rápido de 30 minutos que uno de hora y media a 65 grados. Un adelanto para quienes ya estén pensando en hacer la paella: hay alimentos como los arroces y legumbres que hay que tener precocidos porque, lógicamente, no llegan a cocinarse en el lavavajillas. Lo que sí puede hacerse es rematar el plato con, por ejemplo, unos mejillones que sí podremos cocer en el lavavajillas.
El libro tiene 120 páginas, cuesta 10,50 euros y aunque seguramente no va a cambiar nuestra forma de cocinar ni nos va a hacer tirar por la ventana las sartenes y recetas tradicionales, se nos ocurre que puede ser un regalo asequible y muy original para dejar con la boca abierta a cualquier aficionado a la cocina.
Nuestros experimentos
Para no quedarnos sólo con la teoría, nos hemos dejado llevar por el entusiasmo del libro y armados con un par de tarros y un lavavajillas casi lleno hemos decidido hacer nuestros propios experimentos. Y como lo de cocer huevos ya está bastante visto, hemos optado por otras preparaciones. Siguiendo, eso sí, los consejos de Lisa Casali.
En un programa de lavado normal (90 minutos a 65 grados) hemos intentado cocinar tres pequeño platos, cada uno en su correspondiente tarro perfectamente limpio y cerrado: compota de manzana con canela, berenjenas con miel y comino y unas judías verdes con pollo al limón.
Sobresaliente para la manzana. Basta con llenar un recipiente con la ralladura de una o dos manzanas, casi la misma cantidad de azúcar (moreno en nuestro caso) y un poco de limón y canela. Menos suerte hubo con las berenjenas, cortadas en dados y maceradas con miel y comino. Pese a que los trozos eran muy pequeños quedaron demasiado duras. En realidad ya nos lo esperábamos porque la autora recomendaba para este tipo de cocciones un programa más largo o a mayor temperatura.
Y para terminar esta especie de menú improvisado, correcto y curioso el resultado de las judías verdes -un poco duras pero comestibles y muy crujientes- con el pollo que, eso sí, habrá que animar con bien de limón y especias para que no quede simplemente cocinado al vapor. Porque una cosa es que sea sano, sostenible y mantenga todas sus propiedades y otra que quede sabroso.