Estar a remojo, conseguir un buen sitio a la sombra, apurar la caña antes de que se caliente o estar pendiente para que el camarero no se olvide la tapa de la ronda. Estas son algunas de las actividades más estresantes, así que no es plan de sumar a este ritmo frenético algo que tenga que ver con pasar más de 10 minutos en la cocina. ¿Encender el fuego? Si podemos evitarlo, mejor. Y del horno ni hablamos.
Así que como parte de nuestro plan para sobrevivir al mes de agosto sin cocinar demasiado pero comiendo rico, hemos recopilado una decena de recetas frías que se preparan en un momento y son compatibles con el calor y nuestra pereza. Y sí, la mayoría, además, te las puedes llevar a la playa.
Para llevar a cualquier lugar o para improvisar una cena fría, el hummus es uno de esos platos que funcionan todo el año pero que apetecen especialmente en verano. En este caso hemos probado con uno a base de zanahoria, que con unas verduras recién cortadas para acompañar, además de rico, resulta muy sano y ligero.
El rey de las sopas frías es, sin duda, el gazpacho. Hay tantas recetas como casas y, de hecho, parte de la gracia es poder jugar con diferentes ingredientes para convertir el gazpacho más que en un plato en una base sobre la que hacer mil variaciones. Pero quienes estén interesados en descubrir los trucos para conseguir un gazpacho casi perfecto deberían echar un vistazo a estos consejos de una de las personas que más sabe de este plato. O, al menos, que prepara uno de los más ricos que hemos probado nunca.
Dicen que la quinoa es la superfood de moda. Pero como nosotros no creemos en ninguna de esas dos cosas, lo que importan es que esta ensalada está muy rica, se prepara en un momento y se sale de lo habitual. El pomelo -como el resto de cítricos- ya no están en su mejor momento, pero podemos probar con alguna otra fruta de temporada, como unas ciruelas o melocotones. Su punto dulce le sentará también muy bien a la ensalada, y siempre podemos compensar con un aderezo algo más ácido y refrescante.
Primo de esta ensalada de quinoa es este plato de cous cous frío que hemos preparado recurriendo a uno de esos ingredientes que nunca pueden faltar en la despensa: sardinas en lata. Tan difícil como preparar el cous cpus, preparar un picadillo con pimiento, tomate y cebolla, añadir las sardinas y unas aceitunas negras, y condimentar. Tu día de playa acaba de mejorar muchísimo con esta receta.
Las ensaladas de pasta son uno de los clásicos del verano, y aquí le hemos dado una vuelta de tuerca. La idea es ponerse un poco exóticos y a partir de nuestra pasta favorita, cocida y fría -los tallarines funcionan muy bien-, añadir rúcula, pepino macerado en vinagre de arroz, tomatitos, Katsuobushi (virutas de bonito seco) y, en realidad, cualquier otra cosa que se nos ocurra.
Salmorejo
¿Gazpacho o salmorejo? Uno de esos debates eternos que salta cada verano. Pero como con el calor apetece poco discutir, lo mejor será tirar de los dos e ir alternando gazpacho para unos días y salmorejo para otros. Para aprender a prepararlo, hace poco hablábamos con uno de los mayores expertos en la materia del país, así que ya no tienes excusa para que no te salga uno tan rico como si hubieras nacido en Córdoba.
Más sardinas, esta vez de la mano de Falsarius Chef y una de las recetas recogidas en su último libro. Latas de calidad y pocos ingredientes más es todo lo que necesita este chef impostor para preparar en 5 minutos unos platos que lucen especialmente en verano. Este cebiche de sardinas de lata es un gran ejemplo.
Para desempatar entre los gazpacheros y los salmorejeros hagamos sitio a otra de las sopas frías más clásicas: la vichysoisse. En este caso, una versión con pera que resulta también muy fácil de preparar -tendremos que poner el fuego, pero poco tiempo, y podemos tomarnos algo mientras tanto para compensar- y perfecta como primer plato o para una cena fría.
¿Y de postre? Pues nada mejor que convertir la horchata -pocas cosas hay más de verano que esta bebida- en una deliciosa mousse con sus fartons y todo. Lo más complicado de la receta será posiblemente encontrar una buena horchata, así que te tocará ir catando unas cuantas hasta dar con la mejor del pueblo. Qué duro es el verano, ¿verdad?
No hay verano sin helado. Podemos comprarlo ya listo -pero que sea bueno- o prepararlo en casa. No hace falta ni tener heladera ni pasarse horas removiendo la mezcla en el congelador, porque con este sencillo truco podemos preparar un helado de plátano -o de muchas otras frutas- en sólo unos minutos.
10 clásicos del verano. Buena recopilación
Muy buenas recetas, me las apunto!