¿El mejor chocolate?


«En una cata a ciegas en Madrid Fusión fué elegido como el chocolate de mayor calidad del mercado, superando incluso a Nestlé y Lindt». Algo así decía la campaña publicitaria que hace unos meses lanzó Lidl para promocionar el chocolate J.D. Gross que distribuye en exclusiva.

La publicidad existe para vender, no para decir la verdad. Es algo que resulta tan obvio -aunque a veces lo olvidemos- que los publicistas y firmas llevan décadas buscando formatos en los que los anuncios no parezcan publicidad.

Ahora se llama branded content -que suena muy fino- pero en la facultad de periodismo siempre se le llamó publirreportaje. Ojo, que no tienen nada de malo. Al menos siempre que se identifique como lo que es: publicidad.

El caso es que la agresiva campaña chocolatera de esta cadena alemana de supermercados nos dejó intrigados. ¿Es tan bueno este chocolate Amazonas con un 60% de cacao y que se puede encontrar por algo más de 1,5 euros? Tan sencillo como comprarlo y probarlo. Sí, efectivamente está muy bueno.

Pero no se trata de eso. La publicidad de Lidl -con sus correspodientes post patrocinados y más o menos identificados en diversos blogs gastronómicos- destacaba que no es que su chocolate fuera simplemente bueno, es que había quedado «por encima de Lindt» en la susodicha cata realizada en Madrid Fusión en verano de 2012.

Releyendo lo publicado sobre aquella cata a ciegas y ante notario, comienzan los matices. Se trata de «chocolates de gran consumo y de tabletas adquiridas en grandes superficies». Un detalle a tener en cuenta puesto que deja fuera a marcas de gama alta y obliga a entrecomillar mucho eso de «el mejor chocolate».

Aunque se aportan datos sobre el panel de expertos y el procedimiento, se obvia un dato básico. ¿De dónde surge la iniciativa de la cata? ¿Las marcas participantes eran conscientes de ello? ¿Los ganadores podían usar los resultados para promocionarse? ¿De forma gratuita o pasando por caja?

Puede sonar a exceso de desconfianza pero después de muchos años trabajando en un sector -fotografía y tecnología de consumo- en el que los premios y las comparativas son en muchos casos un mero chanchullo de marketing, cuesta creerse casi nada.

Lo bueno es que en este caso es fácil salir de dudas: una cata a ciegas y con nulas pretensiones científicas, organizada por este humilde blog hace unas cuantas semanas. Como panel de expertos, más de una decena de consumidores -consumidoras en su mayoría, por concretar- de chocolate. Y como candidatas tres tabletas del supermercado con similar porcentaje de cacao y precios entre 1,5 y 2 euros: el susodicho J.D. Gross de Lidl, Lindt 52% y Nestle 64% de cacao.

Conclusiones: el chocolate distribuido por Lidl está bueno -buena textura y dulzor equilibrado-, pero sólo una minoría (3 de 11) lo eligió como el mejor de los tres. El resto optó por el Nestle más potente y un poco más amargo (también tiene un mayor porcentaje de cacao) o el de Lindt, que casi todo el mundo calificó como mucho más «fino» que los otros dos.

Nada más lejos de esta improvisada y chapucera cata que compararla con la oficial realizada por profesionales. Tan solo se trata de un ejercicio de escepticismo periodístico ante un lema publicitario muy legítimo («nuestro producto es el mejor») reconvertido en noticia y en verdad incuestionable. ¿El mejor chocolate?

2 COMENTARIOS

    • En realidad la publicidad nunca promete decir la verdad. El problema es cuando no queda muy claro qué es publicidad y qué no lo es

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