Cerveza, hamburguesas y mucha hipocresía: el menú del Mundial de Catar

Aquí hemos venido por el fútbol y la diversión, ha dicho Maluma cuando le han afeado poner voz a la inauguración de un mundial con más sombras de las habituales. En realidad, quería decir que a Catar ha ido, como todos, por la pasta. Así que lo de los obreros muertos en la construcción de las instalaciones o el respeto a los derechos humanos son cosas que a él no le tocan, ha concluido.

La verdad es que afearle al muchacho que haya cobrado cuando allí están todas las selecciones del mundo y los medios de comunicación suena un poco hipócrita. Y, por cierto, el nombre de Qatar lucía antes de ayer en las camisetas del Barça -por poner un ejemplo- y no pasaba nada. Pero el fútbol es así, que dicen los filósofos.

¿Y qué están haciendo las marcas alimentarias al respecto? Las circunstancias políticas de esta edición han hecho que muchas hayan optado por un perfil más bajo de lo habitual. A tope con el fútbol y el Mundial, pero pasemos de puntillas por el lugar donde se celebra.

Otras han optado por subirse a la ola de las críticas. Ha sido muy sonado el caso de la cervecera Brewdog que se ha declarado orgullosa anti-espónsor del «puto» Mundial, como ellos mismos lo han definido en su campaña.

Muy bonito, pero algunos le han recordado a la compañía que en sus locales sí se podrán ver los partidos del Mundial mientras la gente bebe cerveza. Vaya, que boicot sí, pero la puntita.

Mientras, en Catar ha pasado algo muy curioso: las autoridades del país han prohibido el consumo de cerveza alrededor de los estadios. A Budweiser, uno de los principales patrocinadores de la FIFA y el Mundial, no le ha hecho mucha gracia la idea después de pagar 75 millones de dólares.

Más cerca, GoXo -el otro restaurante de Dabiz Muñoz- anunciaba que por primera vez sus famosas hamburguesas se podrían pedir a domicilio para poder saborearlas durante el mundial. Se trata del GoXo World Pack, disponible solo en Madrid y Barcelona a través de Glovo. Pensado para dos personas, cuesta 60 euros, incluye dos hamburguesas mundialistas, patatas, pollo frito…

Pero vaya, que no hemos venido aquí a hablar de este menú que, por supuesto, ya ha aparecido en todos los medios de comunicación, sino a preguntarnos en voz alta por la necesidad de asociarte a algo tan polémico como el Mundial de este año. Por supuesto, no pone Catar por ningún lado y, de nuevo, la idea es celebrar la afición por el fútbol, pero resulta complicado desligar todo eso de los titulares.

O no. La verdad es que es más fácil lanzar preguntas o aplaudir a Ibai Llanos, que dejó claro hace ya tiempo que no pensaba ir a Catar, que atreverse con alguna respuesta. De hecho, ¿elegirías un vuelo más caro o renunciarías a un viaje para no subirte a un avión de la compañía de ese país?

En fin, al menos esta vez jugamos con ventaja los que no nos gusta el fútbol: no tendremos que decidir si boicotearemos o no el Mundial porque tampoco pensábamos ver ni un solo minuto.

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