Charlas a niños sobre los beneficios y elaboración de la carne en horario escolar, ¿una buena idea?

Foto: Gtres

«Dar a conocer a los más jóvenes la importancia de consumir carne de ovino, caprino y vacuno en el menú familiar dentro de una dieta equilibrada, así como su proceso de producción y distribución».

Ese es el objetivo de Detectives de la carne, un proyecto lúdico-educativo -así lo definen sus creadores- e impulsado, lógicamente, por dos asociaciones de la industria de la carne: la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (Interovic) y la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno).

Si fuéramos un poco mal pensados, podríamos resumirlo de forma mucho más sencilla: un lobby vendiendo sus productos a los más pequeños. Hablamos concretamente de niños de primaria y de una actividad realizada dentro del horario escolar, por cierto.

Es verdad que llamar lobby a unas asociaciones ya predispone a que cualquier cosa parezca el mal. Pero no es menos cierto que, a todas luces, parece una campaña en un momento en el que la carne pasa por un momento delicado en el que se cuestiona tanto su sostenibilidad medioambiental como sus beneficios nutricionales.

Las recomendaciones de la OMS son claras: hay que reducir el consumo de carne y potenciar el de legumbres, frutas y verduras. ¿Significa eso que es malo que los niños coman carne? No. ¿Es buena idea hablarles de beneficios de las hamburguesas -es lo que vemos en las fotos y lo que se les sirvió, en este caso, de picoteo- cuando se trata de un preparado cárnico bastante alejado de lo que se podría considerar saludable?

No hace falta ni responder. Y por si quedaba alguna duda, ahí están los zumitos envasados para dejar claro que esto no tiene absolutamente nada que ver con la salud o con una dieta equilibrada, sino con dos asociaciones vendiendo su moto.

Imagen distribuida por los organizadores del evento ‘Los detectives de la carne’. Obsérvese el detalle del zumo envasado

Somos pocos sospechosos aquí de reírles las gracias al discurso vegano de algunos iluminados con sus correspondientes alegaciones acientíficas. Pero, nos pongamos como nos pongamos, potenciar el consumo de carne entre los pequeños no parece una buena idea.

No porque no tengan que comerla sino porque lo raro es que no quieran una hamburguesa y sí una ensalada o un plato de lentejas.

Pero es que, más allá del patinazo nutricional que suponen este tipo de campañas, ¿a todos los padres les parece bien este tipo de actividad?

«No está nada mal que los niños sepan que la carne que comen viene de animales que estuvieron vivos y sentían. Pero yo, como madre, no tendría especial interés en que mis hijos conozcan cómo se despieza y se llaman las partes de una ternera o un cordero», apunta Melisa Tuya, autora del blog Madre Reciente en esta misma casa.

Es información útil -reconoce- pero como mucha otra que lo puede ser más y no se da. «Si plantearan ir por colegios con una charla así, dando zumos y hamburguesitas, pediría ese derecho a ejercer el veto paterno que otros padres quieren para la educación sexual y en la igualdad, que sí que debería ser obligatoria», defiende.

La visita a un mercado y la charla con un carnicero -era parte de la actividad- puede tener su pase, pero en este caso solo parecen la excusa para darle un aspecto cultural a algo que era puramente comercial. Y ese es el principal problema: dejar en manos de empresas privadas o asociaciones algo tan importante como la información y educación nutricional de los pequeños.

3 COMENTARIOS

  1. ¡Consejos muy útiles en esta publicación en particular! Son los pequeños cambios los que hacen los cambios más grandes. ¡Gracias por compartir!

  2. Hacer propaganda para consumir cualquier producto, por muy sano que sea o se considere, no lo veo adecuado en un colegio. Otra cosa es que debería de haber una clase sobre cómo comer de forma sana y en los comedores escolares, si los hay, dar comidas equilibradas. Pero esas cosas donde deben de comenzar es en la casa, actualmente con la historia de que todo el mundo trabaja y hay poco tiempo libre, según para qué, se consumen más precocinados que hace unos años. Preparar una buena ensalada no cuesta tanto trabajo, o hacer unos filetes a la plancha tampoco lleva mucho tiempo.
    Y carne, sí, otra cosa sería comerla a diario, algo que no es bueno ni para la salud ni para el bolsillo.

  3. Es información útil, pero como hay otra que no se da, pues que tampoco les den esta.

    De verdad, sois de un giliipollas en la forma de razonar… normal que salgan generaciones de snowflakes amariconados, narcisistas, ignorantes y con cero tolerancia a la crítica.

    Mejor las chochocharlas. «Niña buena, niño malo» como se viene haciendo.

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