De estrellas: el club Allard

Aunque los premios y todo lo que les rodea siempre tienen un tufillo marquetiniano que obliga a poner nuestra mejor cara de incrédulos y escépticos al acercanos, confesémoslo: a todos nos hace ilusión comer en un dos estrellas Michelín. Tal vez a los que estén acostumbrados a este tipo de lujos asiáticos les parezca de lo más normal y una frivolidad nuestro entusiasmo, pero en La Gulateca ya se sabe que somos muy poco dados a los excesos. Más nos gustaría.

En una reciente visita a Madrid tuvimos la oportunidad de pasarnos por «El club Allard» y probar algunos de sus platos. Aunque ahora lo suyo sería marcarse el farol de críticos gastronómicos y hablar de texturas moleculares y de nuestra imprescindible valoración como cocinillas con blog propio, mejor nos limitamos a recordar uno de los mejores platos que pudimos degustar: brownie de carrillera de ternera y setas, membrillo de platano al romero y yuca. Nada menos.

Un «falso» brownie rematado con una falsa guindilla que en realidad escondía en su interior una zanahoria. Delicioso y muy vistoso. A ver quién se anima a hacer algo parecido en versión casera.

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