Una marca de yogures lanza un kit para «desengancharse» del azúcar y recuperar el gusto

El consumo de azúcar se ha convertido en uno de los temas más recurrentes en los últimos años al hablar de nutrición y de lo mal que, en líneas generales, comemos. Azúcar no solo en terrones, sino el oculto en alimentos ultraprocesados cuyo protagonismo en la dieta no para de crecer.

A priori, reducir el consumo de azúcar no parece complicado: basta con comer menos productos de este tipo. Decirlo es fácil, pero es verdad que después de años en los que el paladar se ha acostumbrado a sabores dulces, recuperar el gusto por otro tipo de alimentos no dulces puede resultar complicado. En los adultos es cuestión de proponérselo, en los niños la cosa se puede complicar.

¿Podemos hablar de «mono» de azúcar? La comparación puede sonar muy bestia, pero es perfecta para hablar de la idea lanzada por Siggi’s, una marca islandesa que vende skyr, un lácteo similar al yogur y el queso fresco.

Es curioso que sea una marca de lácteos -uno de esos productos que muchas veces esconden toneladas de azúcar en sus yogures de sabores- la que apueste por esta estrategia, pero hay que reconocerle la buena idea a los de marketing.

¿Y qué contiene este kit para desintoxicarse? Que nadie espere nada extraño ni, por suerte, ideas locas a lo Gwyneth Paltrow. Todo es bastante más sencillo y puede que decepcionante para quienes esperasen alta tecnología: algunos consejos para ir reduciendo la ingesta de azúcar, una libreta bonita para apuntar los avances, una venda para taparse los ojos al comer ciertos productos e intentar así disfrutar y reconocer más los sabores, y un cronómetro para dedicar unos segundos a esa degustación. Y un montón de productos de la marca, claro.

Según los responsables de Siggi’s, este proceso de desintoxicación requiere tiempo y paciencia. De hecho, hablan de hasta 3 meses para que el paladar empiece a recuperarse y descubrir sabores más allá de esa normalidad dulce a la que muchos se han acostumbrado.

Y como ejemplo, uno propio: el yogur tiene que tener un sabor sutilmente ácido. Que es lo que ocurre cuando no le añades -explicaron durante la presentación del invento- 18 gramos de azúcar a cada uno.

¿Y cómo saber que nuestro paladar vuelve a estar en forma? Muy sencillo: cuando productos como la bollería y demás nos sepan realmente a lo que son, algo muy dulce que incluso debería resultarnos empalagoso.

2 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo, por trabajo mi pareja y yo fuimos a Hong Kong desde España, durante dos años, cambiamos radicalmente el tipo de comida ya que se cocina poco y es muy barato comer fuera. Tras ese periodo, con la que ahora es mi esposa hemos venido a Colombia y muchos alimentos nos parecían muy dulces o incluso demasiado dulces. Creo que tardamos más de tres meses, pero si nos dimos cuenta de ese cambio en el paladar. Ahora tras un año en Colombia, diría que me estoy volviendo a acostumbrar a las cosas muy dulces (aunque encuentro yogures tipo griego sin azúcar y ese sabor ácido que me sigue gustando 🙂

  2. Me llama la atención que siempre utilizáis la frase «azúcar OCULTO en alimentos ultraprocesados». Es evidente que no está oculto, solo hay que leer los ingredientes y ahí lo tienes: azúcar.
    ¿Por qué se utiliza en la industria alimentaria? además de aportar dulzor, aporta más cosas a los alimentos: textura, espesa y es un gran conservante natural.
    Vuestra alocada campaña contra el azúcar nos llevará a culparlo de hasta la muerte de manolete.

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