Los insectos son el alimento del futuro. Eso es lo que se lleva años repitiendo, aunque lo cierto es que los productos o platos elaborados con estos animales siguen siendo por ahora poco más que una curiosidad. Al menos en algunos países, porque no estaría de más recordar que en el 80% del planeta el consumo de insectos es algo habitual dentro de la dieta. Y no hace falta pensar en lugares remotos o exóticos, sino que un simple paseo por un mercado de México sería suficiente.
El aumento de la población y la consecuente necesidad de más fuentes de proteínas hacen que algunos organismos hayan señalado los insectos como la única solución viable para alimentar al planeta. En realidad, el tema es mucho más complejo y no todo el mundo comparte esta visión defendida por la FAO como solución para el hambre, pero es cierto que esa futura gastronomía de grillos, saltamontes y compañía es siempre un tema muy recurrente.
Para ir preparando el terreno, un reciente festival dedicado a la entomofagia -comer insectos dicho así suena realmente mal, cierto- ha prestado especial atención a enseñar a los más pequeños a acostumbrarse a este nuevo y curioso ingrediente.
Y según explican quienes fueron testigos del festival Brooklyn Bugs -el primero de su tipo- y de las catas de insectos para niños, muchos de ellos tienen menos reticencias que los adultos a la hora de llevarse a la boca un crujiente saltamontes. Algunos de ellos, por cierto, ya comercializados con diferentes sabores (barbacoa, cebolla…) como si se trataran de un snack.
«Están ricos y además son buenos, porque saben naturales y mi padre dice que nada de la naturaleza es malo», razona una pequeña mientras se zampa unos grillos. «Si te gusta el marisco no hay ninguna razón para no comer insectos», añade otro de los visitantes a este curioso evento gastronómico.
«Comer insectos está estigmatizado, pero para nuestros abuelos comer sushi también era algo muy raro», recuerda Robert Nathan Allen, responsable de una organización creada para fomentar el consumo de estos animales.
cada vez que quieren implementar alguna mierda en ingenieria social atacan a los niños. Igual que el querer adoctrinarlos en pensar que ser maricones o cambiarse de sexo es lo mas normal del mundo.
Pues no oiga. Mis hijos no comen insectos, que se los coma tu puta madre, mis hijos comen bien
Dice ser Israel, me parece normal que a mucha gente le de reparo comer insectos, porque en nuestra cultura nunca se ha hecho (aunque comemos caracoles y tripas de animal). Lo que no puedo entender, es que en el año 2017 siga habiendo gente que no vea normal la homosexualidad y que además se dirija a este colectivo con insultos homófobos. Una pena, para la sociedad y para los niños que tienen que crecer con este ejemplo.
Tenemos la inmensa suerte que la majadería desorbitada de «los insectos son el alimento del futuro» no ha despegado, ni lo hará jamás. Reprogramar niños para que en el futuro coman mierda en vez de comida de verdad es una mala idea. Por suerte, no son tontos.
¿Por qué lo digo? Porque los insectos son fundamentales para la polinización de las plantas y lo último que necesitamos es ponernos a devorar saltamontes, abejas, hormigas, gusanos y demás. Porque comer insectos es una boutade de falsos gourmets esnobs. Porque en Camboya o Birmania comen arañas y jamás se han planteado comer caracoles, y aquí comemos caracoles y jamás freiríamos una tarántula. Porque es una cuestión cultural. Porque es una imposición de cabezas pensantes que no saben nada de ecología, nutrición ni antropología, Porque nadie es consciente de que si se ponen de moda las arañas fritas y aparecen granjas de tarántulas (o de orugas, o de escorpiones, o de langostas) en España o Italia, los bichos acabarán escapando y convirtiéndose en otra especie invasora que va a destrozar aún mas el ecosistema.
Cuando la gente no podía pagarse el filete, comían asadura. En cuanto han podido pagarlo, nadie quiere la asadura, aunque esté rica. La gente no quiere tonterías, quieren comida de verdad, y no es tan fácil engañarla con las tonterías de «comer insectos, ratas, palomas, algas…» Me parece una soberana tontería que la FAO salga cada poco con estas movidas. La gente necesita cereales, verduras, pescados, frutas… no ramonear con las sobras. Sería mejor arreglar la incapacidad de alimentar adecuadamente a la población mundial, pero eso requiere esfuerzo y dinero y nadie está dispuesto a aportar ni lo uno, ni lo otro.
Al final da la sensación de que estos mensajes dicen «que los pobres coman lo que puedan, los ricos ya estamos alimentados».
Los insectos son el alimento del futuro
Entonces los asiáticos esos que comen bocatas y raciones de hormigas y moscas fritas estan miles de años adelantados a los europeos.