Pocas cosas más delicadas que pretender innovar con un producto que por sí solo es una maravilla. Un clásico cuando se habla, por ejemplo, de la gamba: ¿Qué vas a hacerle a una buena gamba, más allá de pasarla por el fuego lo justo, que pueda hacerla mejor? Algunos lo consiguen, cierto.
Algo parecido pasa con el torrezno. ¿De verdad se puede mejorar esta maravilla que, muy sabiamente, en Soria han convertido en su bandera y a la que suelen refererirse con mucha guasa como la mejor barrita energética?
Mejorarlo igual no, pero sí conseguir integrarlo en recetas, servirlo en otros formatos o buscarle una vuelta para, al menos, sorprender al consumidor.
Eso es lo que se han propuesto en una nueva edición de las Jornadas del Torrezno de Soria, en las que participan más de una veintena de establecimientos de la ciudad hasta el 29 de mayo.
Cada uno de ellos ha jugado con los torreznos para presentar una tapa diferente, con un precio de 2,5 euros. Y los resultaos son realmente originales: el flan de torrezno de Soria que ofrece el restaurante Gaya Nuño, el torrezno escabechado del Bar Patata, o el «Cóctel de Sabores» (torrezno incluido) con el que se ha atrevido el restaurante Los Villares.
Más innovaciones torrezneras: el «Torrezno Roche» del Restaurante Antonio, o la tarta de requesón y torrezno que se puede probar en el restaurante Virrey Palafox, e incluso un torrezno al estilo japonés con un falso canelón de buta no kakuni que sirven en Santo Domingo II.
Siempre es un gusto poder probar las recetas de siempre con nuevas formas, texturas y presentaciones.
No hacen más que enriquecer nuestra gastronomía.