Seguimos nuestra particular cuesta de febrero gastronómico con recetas de esas que demuestran que la mejor forma de comer económico no es comprar panga o cualquier otro producto de saldo y dudoso origen, sino cocinar más en casa. Y para ello, el arroz y las legumbres son dos de nuestros mejores aliados.
Y si le echamos alguna cosa rica -morcilla, tocino, costilla…- y lo convertimos en un arroz al horno, la cosa mejora muchísimo. Esta es la típica receta que en cada pueblo y casa se hace de una manera, por si alguien siente la tentación de ponerse purista también con esta especie de prima hereje de la paella.
Esta versión viene directamente de Castellón donde, según nos cuentan, se suele hacer directamente sin sofrito y con agua, aunque en otras zonas sí se pasa antes la carne por la sartén e incluso se usa el caldo del cocido -es una receta que tiene su origen precisamente en aprovechar las sobras del cocido- para darle más sabor.
También conocido en algunas localidades como arròs passejat (arroz paseado), antiguamente, cuando no había horno en las casas, se llevaba al del panadero del pueblo con la cazuela y todos los ingredientes cortados y listos, de ahí que no se usara refrito. Sólo había que añadir el agua y al horno.
Ingredientes
- 200 gr. de garbanzos cocidos
- 100 gr. de panceta
- 500 gr. de costilla de cerdo cortada en trozos pequeños
- 2-3 morcillas de cebolla
- 2 tomates partidos por la mitad
- 1 patata pequeña cortada en rodajas finas
- 1 cabeza de ajos
- 2 vasos de arroz (unos 400 gr.)
- 4 vasos (el doble que arroz) de agua caliente o caldo de cocido
- 1 buen chorro de aceite de oliva
- Azafrán (o colorante alimentario)
- Sal

Preparación
Lo primero, ponemos a calentar el horno a 200 grados. En una cazuela de barro, mezclamos todos los ingredientes, colocando en el centro la cabeza de ajo a la que habremos dado unos golpes o hecho unos cortes para que de más sabor al plato.
Como decíamos antes, podemos pasar por la sartén y dorar un poco la carne para conseguir así una especie de sofrito que de más potencial al conjunto. Y si tenemos un buen caldo por casa, también podemos usarlo en lugar de agua.
Pero si no queremos complicarnos y optamos por la versión más sencilla -la que hemos probado nosotros-, no pasa absolutamente nada porque la receta queda perfecta.
Así que en la cazuela colocamos la costilla y la panceta troceada, los garbanzos, el arroz, la patata cortada en láminas y el arroz. Partimos los tomates en dos y los colocamos encima. El ajo al centro, un poco hundido en el arroz.
Cubrimos todo con el agua o el caldo, y al horno durante unos 45 minutos aproximadamente, aunque tendremos que ir vigilando para ver cuándo se ha consumido el agua.
Y ya lo tenemos. Un arroz que siempre queda bien, se prepara muy fácilmente y sale muy bien de precio. Y, como es arroz al horno y no paella, te ahorras la clásicas discusiones. No se puede pedir más.