Las rupturas son un poco más dulces con estas tartas

Si te van a dejar, al menos que sea con una tarta. O si vas a mandar a alguien a paseo con una de esas frases clásicas y tan desgastadas, mucho mejor que uses un pastel para hacer que el topicazo sea un poco más digerible.

Ésta es la divertida propuesta de Isabella Giancarlo, una diseñadora convencida de que cuando una pareja se rompe, una tarta puede ser la mejor terapia para superarlo. ¿Y dónde está la novedad? Se preguntarán los que saben que el chocolate y el helado son los mejores remedios ante una crisis sentimental. Pues en que las tartas creadas por Giancarlo vienen con mensaje.

Que no cunda el pánico que no se trata de frases de esas tan optimistas como abofeteables que aparecen en tazas, libretas, camisetas y cualquier cosa que se tercie. Isabella Giancarlo echa mano de esas típicas palabras que todos alguna vez hemos escuchado o sufrido.

Desde el siempre contundente y explícito «que te jodan» (fuck you) en forma de cupcakes, hasta otros grandes clásicos como eso de que «no eres tú, soy yo» (it’s not you, it’s me), o los hirientes «te veo más como una hermana» (I see you more as my sister) y «en realidad creo que no te quiero» (I dont’t think actually love you).

Este proyecto entre lo artístico y lo pastelero ha sido bautizado por su autora como Eat your heart out, y cuenta por ahora con 17 estupendas tartas y galletas. Puede seguirse tanto en la web de Giancarlo como a través de la cuenta de Instagram de esta diseñadora que confiesa ser también una apasionada de la repostería. Y eso se nota, claro.

Así que si para San Valentín los mensajes en una patata se convertían en la forma más original de decir te quiero, ahora los dulces se convierten en los protagonistas de las rupturas. De las que acaban en plan drama, pero también de aquellas más conciliadoras.

«Can’t say we didn’t try» (no puedes decir que no lo intentamos) asegura una tarta con una pinta estupenda. Podemos seguir siendo amigos («we can still be friends«) dicen unas galletas capaces de convertir en algo dulce una de las frases más odiosas de todos los tiempos.

La teoría suena divertida, pero lo que no advierte la creadora de estos postres es que existe la posibilidad de que acabemos con alguna de estas tartas estampadas en la cara si de verdad alguien se atreve a poner en práctica lo de la ruptura en formato pastel.