Lo ha vuelto a hacer. A principios de año Donald Trump organizó un banquete a base de comida rápida para recibir a un grupo de deportistas, y ahora ha repetido menú en una ceremonia similar en la que el presidente no ha dudado en bromear y presumir de la mesa repleta de hamburguesas y sandwiches de pollo frito de varias cadenas de fast food.
Si la primera vez Trump usó como excusa la falta de personal en la Casa Blanca por el cierre parcial de la administración estadounidense, ahora no se ha andado con rodeos y ha explicado los verdaderos motivos que le llevan a repetir hazaña.
¿Ser una especie de niño malcriado convertido en presidente de una potencia? Sin duda esa es la explicación que la mayoría señalaría, pero el inquilino de la Casa Blanca es muy pragmático y bastante limitado cuando se trata de gastronomía. «Podríamos haber tenido cocineros, pero tenemos fast food porque os conozco», ha dicho en su discurso rodeado por el equipo de fútbol americano North Dakota State Bison.
Easton Stick presented the #45 jersey to President Trump in the State Dining Room followed by a quick lunch. Next stop, the Oval Office! #NDSUinDC pic.twitter.com/qdFVODhEej
— NDSU Football (@NDSUfootball) March 4, 2019
Si la primera vez no tuvo ninguna gracia, ahora es simplemente una prueba más de que Estados Unidos está en manos de un personaje que posiblemente nadie querría ni como presidente de su escalera. O, al menos, no como el que organice el menú para la próxima cena de amigos.
Más allá de su aparente conocimiento del amor de los deportistas por la comida basura -no olvidemos que estamos hablando de un país con unas tasas de obesidad más que alarmantes-, el Presidente de Estados Unidos puso sobre la mesa, donde también había muchas bolsas de patatas fritas, otro argumento de peso: «We like American companies, OK?».
Vaya, que hacer apología de la comida rápida es un acto de patriotismo gastronómico. Y aunque está muy bien lo de defender el producto local, parece que Trump se saltó la parte en la que se explica que eso sirve para unas patatas o una mazorca de maíz, no para las hamburguesas producidas por una multinacional.
Por lo visto, el amor del Presidente por este tipo de locales es de sobra conocido y, de hecho, es mucho más fácil verle comiendo una pizza o un bol de pollo frito que una ensalada o una pieza de fruta. De nuevo, un chiste sin gracia teniendo en cuenta que hay indicios cada vez más evidentes que relacionan el consumo de productos ultraprocesados con una mayor mortalidad. Y que estamos hablando de una de las personas más poderosas e influyentes del mundo.
Pero aunque lo fácil sería señalar la estupidez o el mal gusto como explicación de este tipo de actitudes, nada parece casual en la agenda de un presidente de Estados Unidos. Lo de Trump con la comida basura, además de un idilio, es un claro mensaje político: este es el american way of life y no va a venir ningún hippy progresista de esos a hablarnos de azúcar, vegetales o comer menos carne.
Pensándolo bien, ¿ese mensaje no empieza a resultar también familiar por aquí?
La comida saludable, esa que esta llena de semillas transgenicas, pesticidas, abonos quimicos, fungicidas, vacunas y un muuuuuuyyy largo eccetera,
De verdad nos quereis hacer creer que ha dia de hoy hay comida saludable que no cries o cultives tu mismo?
Paco García, es un error pensar que por estar en tu peso estás sano, para que te hagas una idea hay vegetarianos que están gordos. Lo importante es la salud que a la larga puedas tener, seguramente ahora eres joven y no tienes ningún problema, pero a la larga el riesgo de que sufras un ataque al corazón con este tipo de comida se dispara…
Pues como en esos sitios de comida rapida muchisimas veces, estoy en mi peso, hago mis 8 km en los 40 minutos y menos si quisiera, voy a maratones y en los maratontes habitualmente la gente dice lo mismo osea que todo es el mito de la comida rapida es mala, como tantos otros
Hombre… bien mirado la de detergente que se ahorra y platos y cientos de litros de agua que se ahorra, lo único tirar de bolsas de basura.
Pues siento decirte que tiene toda la razón, son deportistas y jóvenes, prefieren comida basura porque para empezar siguen dietas que no se la permiten y además son jóvenes y esa comida encanta a los jovenes.
Trump ha llegado a presidente precisamente porque es campechano.