Es La Cenerentola, ópera de Gioachino Rossini basada en la historia de la Cenicienta. Y os preguntaréis por qué en La Gulateca ponemos un momento musical si se supone que esto es un blog de gastronomía. De entrada la escena se titula algo así como «señora, la mesa está puesta» y en el escenario aparece un gran banquete con deliciosos manjares.
Pero no se trara sólo de eso. La relación entre esta ópera en concreto y la gastronomía está en su autor. Nosotros tampoco teníamos ni idea, pero lo descubrimos en Ópera en texans, un magnífico programa de TVC. Que sea en catalán no es excusa, así que quienes no lo conozcan ya están tardando.
Según comentaba Ramon Gener -el entusiasta conductor de este programa- su compositor, Gioachino Rossini, no era tan solo un gran creador de óperas, sino que además fue un gran gastrónomo y cocinero.
Por ejemplo, los famosos canelones Rossini – ¿quién no los ha comido alguna vez? – son creación del músico. De hecho tenía la costumbre de bautizar sus creaciones culinarias con el apellido Rossini y entre sus ingredientes favoritos tenía un lugar preferente la trufa.
Porque hay mucha estafa en lo que a este plato se refiere. No todos los canelones rellenos de carne y gratinados con bechamel son dignos de ser llamados Rossini. El ingrediente fundamental que distingue la receta original de las copias es la trufa. Si no hay trufa rallada por encima no son canelones Rossini.
Si os apetece descubrir algo más sobre la ópera, sobre Rossini y su célebre El barbero de Sevilla, y ya que estamos cocinar la receta original de sus canelones de la mano de la chef Anna Ruiz, no os perdáis este programa.