Guapos en la ventana, feos al fondo ¿Se asignan las mesas en los restaurantes según el atractivo?

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Acabar sentado en la que parece ser la peor mesa de un restaurante (al fondo, junto a la cocina o el baño, detrás de una columna…) cuando en realidad el local está medio vacío y salta a la vista que hay lugares mucho más agradables para colocar a los comensales.

Las explicaciones para este curioso fenómeno que seguro muchos han vivido en primera persona son de lo más variadas. Simple mala suerte o azar; tal vez el resto están reservadas de antes -mentira porque luego nunca llega nadie-; aunque sea la peor alguien se tiene que sentar ahí; en realidad tampoco es tan mala…

El caso es que a esta lista de argumentos, un programa emitido en la televisión británica hace unos meses sumó una nueva explicación: algunos restaurantes sientan a sus clientes en función de su atractivo físico. Dicho de otro modo: las mesas junto a la ventana y más a la vista para los guapos y al fondo los feos.

Puede sonar muy cruel y un poco sensacionalista, pero así lo demostraba el programa Tricks of the restaurants trade de Channel 4 tras visitar algunos de los restaurantes de moda. Un grupo de modelos contratadas para la ocasión eran sentadas siempre en estas mesas a la vista, mientras que comensales menos agraciados eran relegados a la mesas del fondo y más escondidas, o directamente se les decía -en el caso de un actor aquejado de una enfermedad que provoca la aparición de tumores en el rostro- que no había sitio disponible.

Por muy grotesco que parezca, la existencia de la llamada Golden table -la mejor mesa del restaurante- es algo que muchos locales reconocen. Tal vez no tanto los restaurantes gastronómicos -los de alta cocina y aspirantes a Estrella Michelin, en los que la mejor mesa es la que está en la cocina- o más convencionales, sino aquellos que juegan mucho con el factor moda y para los que parecer el local más cool del momento es básico.

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Dos de los presentadores del programa ‘Tricks of the restaurants trade’ de Channel 4

Según relata en The Tab alguien que trabajó en uno de estos restaurantes de moda de la capital inglesa, se trata de una práctica habitual. Existe una política y un criterio para sentar a los clientes, y en esa decisión el aspecto cuenta mucho a la hora de sentarles en la mesa más visible o en la que está escondida en algún rincón.

¿Y en España? Hemos preguntado por el tema a dos grupos de restaurantes con varios locales en Madrid y Barcelona y en ambos casos han negado la existencia de una política similar a la hora de repartir las mesas entre sus clientes. ¿Se sienta a la gente en función de su atractivo? “En principio no” ha sido la inquietante respuesta. En los dos casos han preferido no ser identificados en el artículo.

Aunque más allá de los experimentos con cámara oculta resulte complicado descubrir si realmente ocurre en los restaurantes españoles, posiblemente la pregunta correcta no sea esa sino más bien en qué locales nos condenarían a la mesa del fondo y cuáles nos dejarían sentarnos junto a la ventana.

En cualquier caso, que nadie se enfade la próxima vez que le toque junto a la cocina. Igual es sólo casualidad.

15 COMENTARIOS

  1. Conozco uno que le gusta escribir crónicas de restaurantes, medio calvo, supernariz, barba de Amish etc, que directamente le sacarían una mesa al callejón de detrás.

  2. Para que te coman directamente de lo bueno que estás mejor ponerse una careta de Haniba el caniba.
    Te comen crudo si vas sesssi.

  3. No sabía ese detalle, donde si que hacen eso es en los programas de televisión en los que hay público, lo más agraciados son sentados en frente, mientras que aquellos que lo son menos, son relegados a los asientos posteriores.

  4. A mi cuando iba a la Uni me dio una sorpresa mi novio y me invitó a cenar a un restaurante guapo, de esos de moda. Llegamos a su hora y nos sentaron en una mesa al lado de la puerta, cuando estaba medio restaurante vacío. Yo protesté y dije que ahí se pasaba frío y que nos sentaran un poco más adentro. Mi novio, por no liarla, me dijo que se sentaba él al lado de la puerta, aunque en los dos lados hacía frío. Ninguno de los dos eramos feos, que conste. Yo terminé dejando a ese novio, por flojo, y ahora ya de adulta sé que si llego a un sitio, voy a pagar por ello, y hay sitio suficiente (sin que se fastidie al restaurante ni a los otros comensales) me sentaré donde me plazca, que para eso pago, y si no no hay problema, me voy que hay muchos otros sitios para cenar en el mundo…

  5. tambien ntiene sus ventajas , ya que el restaurante coloca al cliente donde le va en gna el cliente pagara lo que le va en gana.

  6. SI DIOS OS HIZO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA POR QUE TENEIS MAS DE 3000 FALLOS GENETICOS ???

    SENTAROS DONDE QUERAIS ….Y PUNTO
    SOIS SERES HUMANOS
    NO OBJETOS PARA EXPONER

    NO TE JODE

    UN SALUDO …HUMANOS

  7. Seamos razonables: a nadie le gusta tener fealdad a su alrededor, ya sea comiendo, rezando o jugando al mus.
    No digo que esté bien, pero somos así y fin.
    Respecto a los restaurantes, dependerá de la imagen que quieran transmitir. Estoy segura que en sitios estrella Michelín no se hace.
    En resumen, los feos id al burguer.

  8. Yo eso lo he vivido muchas veces en Madrid. Sobre todo en sitios pijos, dependiendo de mi aspecto y de mis acompañantes. Esta semana me han llegado a decir que todo el restaurante estaba reservado.

  9. bueno..me parece bestial …muy poco profesionales me parece..personalmente no lo he vivido.. si es cierto que tiene que haber unas normas..
    por ejemplo..si vas poco arreglado..no se..con pintas un poco raras, malos olores..pienso que hay todo tipo de gente..

  10. Es discriminatorio pero yo si veo un restaurante con gente con cara de maja y otra llena de gañanes pues qué quieres que te diga…

  11. En un restaurante de Castellón nos sentaron a tres en una mesa redonda enoooorme. Era imposible hablar entre nosotros porque estábamos muy separados. En otra zona del restaurante estaba todo vacío porqué se debía usar solo para comidas, y las mesas eran cuadradas y más normales. Uno de mis compañeros le dijo a la camarera que nos cambiábamos allí y ella nos dijo que no podía ser porque está más lejos de la cocina y nos iban a atender peor. Mi compañero le dijo «no, no me has entendido. Nos cambiamos allí», se levantó y se cambió de sitio. Luego la verdad que nos atendieron muy bien.

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