Coctelween

IMG_9387

Si eres de los que odia Halloween o sufres ese habitual trastorno bipolar que te impide repartir tu amor entre las castañas, los panellets y las calabazas con boca y  y ojos, tenemos la solución para soportar esta noche: alcohol. Sí, nada original pero realmente efectivo. En dosis adecuadas incluso puede ser  suficiente para no liarse a guantazos si algún crío llama a la puerta para pedir caramelos como si esto fuera Minnesota.

Cócteles temáticos para la ocasión seguro que hay muchos, pero posiblemente pocos tan infames como éste. Y es que la base es nada más y nada menos que un zumo de Halloween de marca Solevita que encontramos el otro día en Lidl. Zumo de granada y calabaza, prometía el envase. Aunque no nos lo creímos demasiado, no pudimos resistir la tentación.

Como era de esperar, cualquier parecido entre el sabor del zumo y el de la granada o la calabaza es pura coincidencia. Eso sí, el sabor del Frenadol lo borda. Y no, no es una forma de hablar. Con semejante base farmacéutica y color fluorescente, preparar un bebercio digno de esta terrorífica noche no tiene mayor misterio: dos partes de zumo radioactivo de éste y una parte de ron. Si tanto dulzor nos resulta empalagoso, se puede repetir la jugada con vodka.

Es más, si pretendemos quedar bien y no matar a ningún invitado por sobredosis de Frenadol, lo mejor sería optar por un cóctel en condiciones a partir de esta misma idea: zumo de granada, zumo de calabaza (batimos mucha calabaza con agua y colamos hasta dejar una consistencia fina y bastante líquida), bien de hielo y el alcohol de nuestra elección. Las pajitas negras, indispensables por aquello de darle un toque tétrico a la noche.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí