Tomates confitados en casa: una receta fácil y buenísima para animar tus platos

© Emma García

Confitar tomates en casa es mucho más fácil de lo que parece. Hay varias técnicas para hacerlos, pero nos hemos decantado por confitarlos al horno a baja temperatura porque solo tenemos que repartir los ingredientes crudos y hornear, vigilando de vez en cuando para que no se quemen. Sí, hemos ido a lo fácil, pero han quedado espectaculares. 

Lo ideal, ya que encendemos el horno, es hacer en cantidad y guardarlos en tarros con aceite (del bueno) para tenerlos a mano durante la semana y usar como guarnición. En un momento podremos animar un triste arroz blanco, un plato de pasta, acompañar pescado o incluso añadirlos en ensaladas.   

Aunque podríamos utilizar otros tomates de tamaño grande, nos hemos decantado por usar tomates Cherry de varios tipos porque nos parecen mucho más versátiles para utilizar en diferentes platos. Los ingredientes para aromatizar podemos cambiarlos a nuestro gusto utilizando laurel, diferentes hierbas aromáticas, pieles de cítricos, o especias. 

No tienen ningún misterio, pero a continuación os explicamos paso a paso cómo prepararlos para que queden perfectos, y las cantidades para un par de tarros medianos.

Ingredientes: 

  • 800 gramos de tomates cherry (en este caso un mix de diferentes tipos)
  • 8-10 cebollitas francesas
  • 4-5 ajos
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1 cucharada de sal
  • Unas ramas de tomillo fresco
  • Una cucharada de orégano
  • 3-4 clavos
  • 2 cucharadas de pimienta negra en grano (o mix de pimientas en grano)

Elaboración: 

  • Precalentamos el horno a 90º con calor arriba y abajo y sin ventilador.
  • Lavamos bien los tomates y los ponemos en una fuente de horno grande, sobre papel vegetal, sin superponer unos encima de otros.
  • Hacemos un corte no muy largo, pero profundo, en cada tomate para que no exploten en el horno. 
  • Pelamos la cebollitas y las colocamos entre los tomates. 
  • Partimos los ajos por la mitad sin quitar la piel, o los aplastamos con un cuchillo en plano. Los repartimos también por la fuente.
  • Espolvoreamos de forma uniforme la sal, el azúcar y el orégano.
  • Añadimos la pimienta, los clavos y las ramitas de tomillo previamente lavadas. 
  • Lo bañamos todo con abundante aceite de oliva virgen extra. Podemos incluso cubrirlos con aceite (luego lo aprovecharemos).
  • Horneamos a 90º durante dos horas. Si no hemos cubierto del todo los tomates con aceite y solo han quedado parcialmente cubiertos, les damos la vuelta cuando lleven una hora en el horno.

    © Emma García
  • Sacamos del horno y con una cuchara vamos poniendo los tomates y el resto de ingredientes en tarros de cristal herméticos (es conveniente esterilizarlos antes de rellenarlos). Podemos intercalar más ramas de tomillo fresco para que queden más aromáticos. 
  • Llenamos los tarros hasta arriba con el aceite sobrante de la bandeja o añadiendo más aceite de oliva virgen extra.
  • Cerramos bien y guardamos en el frigorífico. Podemos conservarlos sin problemas un par de semanas (seguramente más, pero no vamos a arriesgar). Si envasamos los tarros al vacío, podemos conservarlos durante meses. 
  • Al acabarlos, colamos el aceite y lo utilizamos de nuevo. Estará aromatizado y riquísimo.