Puede que este nombre -que significa algo así como «niño travieso», por cierto- a muchos no les suene, pero seguro que en poco tiempo se convierte en uno muy conocido, primero en Madrid y luego en Barcelona. Y es que la cadena Wagamama acaba de aterrizar en Madrid de la mano del Grupo Vips, y planea abrir cuatro establecimientos en la capital a lo largo de este 2017. A Barcelona llegará -nos cuentan- a lo largo de 2018.
¿Otra cadena de comida? Sí, pero diferente. “Fast good” es lo que se promete, y aunque suena a algo muy recurrente en estos tiempos en los que todo se vende como fresco y sano, quienes hayan estado por Londres en los últimos años -la compañía tiene más de 25 años- seguro que conocen alguno de sus numerosos locales, y puede que incluso lo tengan en su lista de lugares en los que siempre se acierta.
Nuestro primer encuentro con Wagamama fue, de hecho, hace ya unos años, buscando un ramen bueno, bonito y bien de precio en el centro de la capital inglesa. Puede sonar a misión imposible, pero con un ticket medio de 15 libras eso es exactamente lo que proponen en estos restaurantes. Ramen, fideos, wok, curry, donburi…
Esa misma carta -primero en una versión algo más reducida y centrada en los platos que mejor funcionan- es la que llega ahora al número 41 de la calle Serrano de Madrid: comida panasiática, un local de diseño cuidado y acogedor, ticket medio de 15 euros y pensado tanto para una comida rápida como para una cena más relajada. La oferta de zumos cold press recién hechos -a precios muy ajustados para lo que se estila, por cierto- y cervezas asiáticas también es muy interesante.
“La comida sale en cuanto esté lista” es algo así como el grito de guerra de los más de 170 locales repartidos por todo el mundo. Así nos lo explicaba Steve Manglehot -cocinero ejecutivo del grupo- hace unos días, cuando visitábamos en Londres uno de los muchos Wagamama repartidos por los mejores barrios de la ciudad. Jaro Redondo será el responsable de trasladar a los nuevos locales de España esa misma cocina.
No parecer -ni por la carta, ni por la oferta, ni por el local- una cadena de restaurantes es posiblemente la aspiración de todas. Wagamama, por lo que conocíamos y lo que hemos visto, tiene todos los requisitos para conseguirlo.
Rico (el ramen es muy correcto, pero ojo también a los entrantes y acompañamientos, como los calamares especiados y la coliflor), precio ajustado y un espacio agradable. A veces es tan sencillo como eso. Por cierto, otro buen detalle de la carta: el menú infantil rehúye de los terribles platos que se suelen ofrecer en algunos sitios para los niños, y ofrece los mismos platos, pero en raciones más pequeñas. Bien.
A nosotros ya nos gustaba cuando quedaba lejos -ya hablamos de ella en este artículo sobre Londres-, así que ahora que nos pilla un poco más cerca, mejor.
Ufff qué pereza las cadenas … Y el wagamama no tiene más, comida de mierda a precio ajustado eso sí. No perdamos el tiempo y la salud en estos sitios por favor.
A mi me encanta, pelín picante a veces, pero garantía de sabores distintos a lo habitual. Lo de precio ajustado no se yo si tanto, pero no está mal.