Hay tres cosas que casi todo el mundo sabe de Praga: es una de las capitales europeas más bonitas, hay muchos turistas y la cerveza es muy buena. Tras pasar unos días por allí, a esa lista tenemos que añadir una cosa más: se come muy rico y bien de precio.
Para descubrirlo, en lugar de ir a la aventura como solemos hacer, esta vez contábamos con la ayuda de Prague Food Tour que, como su propia nombre indica, se dedican a organizar rutas gastronómicas por la capital de la república checa. Unas excursiones -también en castellano- muy recomendables para conocer no sólo la comida tradicional, sino esos lugares que se salen del circuito turístico y donde va a comer la gente de allí.
Leona Rothová, con su excelente castellano de Salamanca -no es broma- fue la encargada de guiarnos por este paseo de más de cinco horas por Praga para conocer los pasteles tradicionales de la ciudad (bábovka, tvarohový šáteček, frgál…), dónde toman café los más modernos -el café también está de moda por allí- para después pasar ya al tema serio: goulash, steak tartar, sekaná…




Así que para vuestra próxima visita a Praga, más allá de todos esos lugares marcados en la guía de viaje y del mercado para los que se animen a salirse de la ruta, ahí van cinco lugares para conocer un poco mejor la gastronomía de esta ciudad:
- Simply Good (Sokolovská 146) Pastelería tradicional en el barrio de Karlín, muy de moda últimamente.
- Můj šálek kávy (Křižíkova 386) Cafés y cervezas artesanas para los más modernos. También en Karlín.
- Lokál (Dlouhá 33) Aunque hay varios de esta cadena por toda la ciudad, éste en el centro presume de ser el restaurante más largo de todo Praga. Buena comida y una curiosa estética que rinde homenaje a los bares de la época soviética.
- Sisters (Dlouhá 39) Visita obligada a este pasadizo y este local con sus chlebičky, una especie de canapés venidos a más que se han convertido en una de las sensaciones gastronómicas ahora mismo en la ciudad.
- Naše Maso (Dlouhá 39) Justo enfrente, un templo para los carnívoros. Mitad carnicería, mitad restaurante -minúsculo- además de sus grifos de cerveza y una de las mejores hamburguesas de la ciudad, el pastel de carne (sekaná) y la panceta (pečený bůček) merecen por sí solas el viaje hasta Praga.

La verdad es que escaparse a Praga y darle un toque gastronómico al viaje no suena nada mal como plan para estas próximas vacaciones de Semana Santa.
Estos viajes son geniales para descubrir nuevos sabores y encontrar nuevas ideas. Muy interesante el vídeo.