Lo peor y lo poco bueno de ‘MasterChef Junior 8’

8 ediciones van ya de la versión infantil de MasterChef y, sin duda, esta última será recordada como la de los niños (en masculino, no genérico) más maleducados de la historia del programa.

Nos referimos, claro, a Javier y Antony, dos niños que han hecho insoportable la convivencia con sus compañeros y, especialmente, las pruebas en equipo. Un mal ejemplo para todos esos niños que siguen el programa y que, encima, ven como se les ríen las gracias y se les aplaude por el buen trabajo.

Sí, es cierto que en el caso concreto de Javier, que solo tiene 8 años, ha presentado platos dignos de cocineros de bastante más experiencia (como el guiso de rape del tercer programa) pero aún así, y pese a que también le ha caído alguna bronca, la sensación es que el niño se va con premio. Bueno, sin ir más lejos, ahí está, en la final del programa.

Y si no queda otra que aceptar el argumento de que aquí se viene a cocinar, y que Javier lo ha hecho bien, lo que no tiene excusa es que Jordi Cruz se haya pasado toda la edición riéndole las gracias porque él también era muy trasto de pequeño.

Pues muy bien, pero resulta que cuando él era pequeño, como mucho le “sufriría” su familia, pero aquí hay muchos niños siguiendo el programa y el comportamiento de Javier es un pésimo ejemplo.  Mal comportamiento no solo hacia sus compañeros (“vamos gusanos, moved el culo”, les gritaba a sus compañeros cuando era capitán) sino también hacia el jurado.

Especialmente con Pepe, a quien en esta edición hemos visto en más de una ocasión con cara de un cierto agotamiento y falta de paciencia ante la actitud de estos niños que, la verdad, da la sensación de que han venido a todo menos a cocinar. “Aburres a un pato de goma, macho”, le decía a Antony, mientras este no paraba de dar gritos a sus compañeras de equipo.

Y es que si Javier ha sido “un demonio”, como él mismo se define, Antony ha demostrado ser un niño caprichoso, déspota, vacilón y mal compañero. Así, sin más. Y que sean niños no los exculpa. Y menos cuando han sido seleccionados entre más de 10.000 niños (nuevo record de candidatos presentados) para tener la oportunidad de participar en una aventura como esta.

Y aquí llegamos al quid de la cuestión. ¿Qué responsabilidad tiene el programa en esto? Pues toda. Y más en una televisión pública. La actitud de ambos (con constantes peleas y gestos desagradables entre ellos a lo largo de toda la edición.

Porque, encima, también se llevaban mal entre ellos) debería haber sido suficiente para que no fueran seleccionados. Y si no sabían cómo eran -cosa que dudamos- no habría estado mal un expediente sancionador para ambos, con expulsión incluida si fuera necesario como se ha hecho en otras ocasiones con adultos.

Pero en vez de eso han explotado su mala relación haciéndoles incluso cocinar juntos en una prueba por parejas, asegurándose así los gritos y las malas contestaciones durante toda la prueba. Si hasta el pobre Josie, que estaba de invitado ese día decía “voy a tener que venir de institutriz”. Lamentable.

Suerte que, en contraposición con ellos, ha habido dos niñas que han sido la salvación del programa: Aurora y Henar. La primera por su energía y su buen hacer en la cocina. Impresionante que una niña tan pequeña -solo tiene 9 años- se desenvuelva en los fogones como lo hace ella.

Y además de cocinar bien, ha sido un gran ejemplo de disciplina y autoridad bien entendida. La mejor capitana de toda la edición, sin duda. Coordinando y ayudando a partes iguales. La emoción que sintió al ver entrar a Martín Bersategui por la puerta (su chef preferido) no deja lugar a dudas de que esta pequeña llegará lejos en los fogones.

Y qué decir de Henar. A nosotros nos ha robado el corazón. Una niña divertida, con una sorna muy poco común para su edad, cariñosa, buena compañera y, encima, estupenda cocinera. El jurado aún se chupa los dedos con el rabo de toro que preparó el día que los abuelos visitaron el plató. Hasta Josie se quedó prendado de ella. “Eres igualita que Eugenia de Montijo”, le decía, y Henar le miraba con cara de ‘pues muy bien, pero no tengo ni idea de qué me estás hablando’.

Otra de las cosas que nos ha divertido mucho de Henar han sido sus comentarios hacia Jordi. Nada más arrancar la edición, la presentaron ya diciendo que tenía un juez favorito, a lo que ella respondió, “sí, es que Jordi es un pibonaco”.

Y ahí se quedó, aguantando el tipo como una campeona. Y ha sido ha estado todo el programa mientras Jordi le iba haciendo caritas (¡¿en serio?!) y tonteando con ella. Por dios, Jordi, ¡que no es Tamara Falcó! Suerte que Henar lo tiene claro en la vida: “Ahora me estoy centrado más en la cocina que en ligar con los chicos o con las chicas. Yo paso”. ¡Un programa para ella sola se merece esta niña!

Lo que no nos gusta tanto es la tónica que ha cogido el programa con el rollo del tonteo y la insistencia con el quién te gusta, y tienes novio, y Aurora y Nico sois muy amiguitos, y seguro que no te gusta nadie, y seguro que tienes un montón de novios fuera, y si eres un ligón, y si este es tu crash

¿En serio es necesario pasarse así todo el concurso? ¿Pero esto que es: MasterChef o Cocinero busca esposa? Porque es que no son tan pesados ni con los adultos. ¿O es que acaso resulta gracioso y divertido que los niños hablen constantemente de estas cosas? Sinceramente, nosotros no acabamos de entenderlo, y al final lo único que consiguen es dar argumentos a todos aquellos que consideran que este es un programa de todo menos de cocina.

Y visto así, lo cierto es que está edición, culinariamente hablando, ha dejado bastante que desear. Y no por las capacidades de los niños, por el programa. Especialmente en lo relacionado con la importancia de inculcar en los más pequeños los valores de una dieta sana equilibrada.

En el primer programa sacaron el tema y lo que parecía que sería precisamente esto, no era más que publicidad de una App con la que puedes ir al super a comprar para que te indique qué alimentos son más sanos. Ole tú.

El cuarto programa tuvo aún más delito. Les trajeros a dos jugadores del Atlético de Madrid para que les expliquen que es súper importante mantener una dieta sana. ¿Y qué les hicieron cocinar? Plátano Split, con bien de nata, helado y toppings. Porque claro “lo importante es comer fruta”. Sin comentarios.

En fin, que no podemos negar que esta edición nos ha dejado un cierto regusto amargo. Especialmente por ser la infantil, que siempre esperas que se más dulce e incluso educativa. Pero, al final, pocos momentos emotivos nos ha dejado esta octava edición, la verdad. Y hay un dato que no deja lugar a dudas: no hemos visto llorar a Pepe ni un solo día.

6 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo con lo aqui expuesto. Parece que Javier es familiar de alguien que tiene que ver con el programa. Esto no deberia pasar es un mal ejemplo para sus compañeros. Yo pensaban lo eliminarían desde hace mucho, pero le ríen las gracias y lo premian. Este programa va a perder credibilidad. Yo pensé eran gentes seria. La generación del futuro un engreído que se cree merecerlo todo.

  2. Me parece que los niños de masterchef han cruzado la línea del respeto que debe regir entre el jurado y ellos. Se lo han permitido. Es un concurso que enseña técnica de cocina y los valores que deben imperar en ella. No las babosadas que se ven. Para valores su hogar.

  3. hace falta que mejoren la selección de participantes en estos programas porque estamos perdiendo interés… ya son varios programas en los que participan personas conocidas de los productores o conductores y nadie puede creer que entre 10,000 postulantes justo encuentren capaces a los conocidos de alguien del equipo del programa. y lo más importante, por tratarse de los niños: los exhiben, los molestan, los escogen porque llaman la atención y parece no haber ninguna supervisión psicológica sobre temas y maneras con los niños. ya nadie cocina en ese programa, es una lástima, yo lo veía con mucho interés, desde Lima Perú, con mucho interés, ya casi no me queda…

  4. Es que normalmente lo del tonteo de poner parejas en las ediciones es lo habitual, generalmente en el de Adultos, pero en niños me parece de LO ULTIMO!!! Encima de malcriados y groseros …

  5. Toda la razón,ANTONY Y JAVIER SON INSOPORTABLES!!.Maleducados,contestones,pasotas,gritones,etc etc etc…Los compañeros están teniendo mucha mucha paciencia,y los jueces también,porque les han llamado la atención muchas veces.No merecen estar ahí,son un muy mal ejemplo.

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