Lo tienen todo para ser los típicos platos de restaurante con aspiraciones a estrella Michelin: comida bien colocada, hilos de salsa decorando un plato enorme, ingredientes variados de colores y aspecto apetecible… Todo es perfecto, salvo por un pequeño detalle, en realidad estamos ante un surtido de comida rápida, o eso que los menos finos o políticamente correctos llaman comida basura.
La genial idea de presentar y fotografiar este tipo de comida como si fueran platos de alta cocina obra de un usuario de Instagram que firma como Chef Jacques La Merde. Por si el nombre o la ocurrencia no fuera suficiente para declararnos inmediatamente admiradores suyos, ahí va otro detalle que encantará a los más frikis: en su cuenta de Twitter aparece nuestro querido Ecce Homo en su versión ya restaurada en plan casero.
Pero dejando a un lado la figura de este misterioso emplatador y fotógrafo, hay que reconocer que ambas cosas se le dan bastante bien y que sus creaciones dan bastante el pego. Pero ojo que la idea no es simplemente volcar el Whopper de turno sobre el plato, sino que el amigo La Merde opta por mezclar diferentes ingredientes y salsas para sus platos. La condición, eso sí, siempre es la misma: comida rápida, ingredientes de esos baratos y no muy bien considerados, y alguna que otra chuche para que el resultado sea además un poco crocante, como dicen los críticos profesionales.
Merece mucho la pena darse un paseo por su Instagram y recrearse con los platos. Lleva poco más de un mes y ya ronda los 50.000 seguidores de las 25 creaciones culinarias que ha publicado hasta ahora, así que está claro que la idea tiene éxito.
Entre nuestras preferidas, el huevo Kinder -de mercado negro, porque en Estados Unidos está prohibido, recuerda- relleno y presentado en plan cocina molecular, el hot dog on a stick (es que le tenemos mucho cariño desde que fuimos a Las Vegas) que pasa de ser una de las cerdadas más infames que hemos probado a algo realmente apetecible, o un burrito perfectamente troceado y acompañado con -atención- esferas de Gatorade de limón y Doritos.
¿Apetecible? La verdad es que a primera vista sí. Algunos consideran que se trata de un experimento gastronómico-sociológico, otros hablan de una burla de esa cocina que pone más atención en la presentación que en el contenido, y luego están los que creemos que se trata simplemente de una feliz ocurrencia.
Pero la pregunta del millón es si, servidos en un restaurante, estos platos llegarían a colar. Teniendo en cuenta que ya en su momento en una feria de productos naturales y orgánicos se sirvió este tipo de comida y todo el mundo parecía encantado, la verdad es que cualquier cosa es posible.
Para Danilo , pues sinceramente un fiat te lleva a cualquier sitio. El problema de compararme un coche con un super restaurante de varias estrellas , es que el coche lo compras y te lo quedas , la comida gastas un pastizal y la echas por el culo al poco rato.
La alta cocina también es eso , 4 chorradas bien puestas que tardas un montón en montarlo y prepararlo y cortarlo a la perfección , por eso necesitas tantas personas trabajando en esos sitios.
Yo soy cocinero , y he llegado a dar mas de 100 comensales yo solo. Es sencillo te preparas , te organizas , y luego los emplatados sin chorradas.
Esto al final no va a ningún sitio , cada dia somos mas pobres , y cada vez las personas salen menos a comer. No deja de ser un lujo.
«vieran el enorme trabajo de 40 personas trabajando 16 horas diarias hacen para dar de comer a 30»
¿Estarás de broma? ¿40 personas para dar de comer a 30? ¿Y encima necesitan 16 horas?
Lo que sí se puede achacar a este tipo de «cocina», es el incremento de la popularidad de «Chefs», «Concursos» y estudiantes de cocina, incluidos pequeños infantes (alrededor de ellos también se ha creado un super negocio de locales y actividades para dejarles hacer postres y demás inventos sin manchar casa propia, hasta campamentos temáticos hay…) tendremos que reconocer que ha supuesto y supone un filón alucinante esto de jugar a las comiditas.
Vamos a ver, a donde pensábais llegar una vez que los mercados están saturados de alimentos las cuatro estaciones del año y a su vez en cualquiera de las estaciones?, pues a eso!, a que la abundancia de producto haga de la mesa un arte y al que no le guste que no vaya; hace poco os reíais de las raciones nimias, pues bien es el resultado del poco desgaste laboral de las personas 9h o más ante un ordenata, el cuerpo no quema el alimento, añadamos el envejecimiento de la pobación, más mayor comes menos…
por último no me gusta esa cocina sibarita, excepto para verla, no me apetece comer de donde la gente aporta las nimieces con las puntas de los dedos y sus respectivas uñas, que les aproveche a ustedes!
Respeto a la gente que investiga y evoluciona sea en el ámbito culinario o en cualquier otro. Yo personalmente prefiero la dieta tradicional sin comida basura y sin experimentos pero si hay algún pijo que sea tan «espléndido» como para pagar 100€ por un cubierto en un sitio de moda y al que le tengan que explicar lo que lleva el plato porque ni se sabe a simple vista, bien por el. Luego saldrá del restaurante y se irá a una galería de arte de la que tampoco tendrá ni idea solo para ser el más «chic» de sus amiguitos aunque no le guste.
Estoy seguro que si a alguno de esos especímenes le colocan cualquier plato como los de las fotos se va tan contentos pensando que ha comido un manjar.
Stop tontería please.
Y para terminar:
«Somos una pandilla de farsantes que trabajamos para distraer a snobs y estamos vendidos a la puta pela». Santi Santamaría.
Creo que poco más se puede decir
Carmenn, el marketing ha descubierto en los posers sin personalidad ni gusto propio un filón inagotable de dinero. Tú dile a un bobo que un trozo de mierda cubierto de papel es arte diciendo que es de un artista consumado y que cuesta 15.000 pavos y el bobo lo comprará sin pensarlo. En eso se basan el arte y la cocina modernos, en la ignorancia y en la pretensión de exclusividad de unos cuantos bobos que quieren pertenecer a algo por no tener suficiente personalidad como para no tener necesidad de pertenecer a nada.
No hay más que ver un video donde unos niños pintan un cuadro, unos reporteros lo cuelan en Arco y se pregunta a los visitantes por el mismo. En ese vídeo está resumida la estupidez en la que consiste el «arte» moderno. Merece la pena verlo.
María, no he estado, no, ni estaré, mi dinero es demasiado valioso y me cuesta mucho ganarlo como para gastarlo en mamarrachadas sobrevaloradas para gente sin personalidad que se deja llevar por el lujo y el oropel vacíos, cuando quiera tirarlo de forma original al menos me divertiré arrojándolo a una alcantarilla. Las poses para la gente vacía, no para mí. Lo que sí puedo asegurarte es que tengo varios conocidos que sí han estado en sitios «Michelin» y al salir han tenido que pasar por un McDonalds y por un bar de bocatas de calamares así que de manido y falso nada. Cuando vuelves a poner el ejemplo del piso vuelves a demostrar vuestra ignorancia, la cual te ha llevado a pensar que el Emperador llevaba traje, y te explico a ver si lo entiendes: Yo me gasto a gusto 30 pavos en un cocido en el Malacatin ya que, aunque la materia prima no lo valga ni muchísimo menos, el valor añadido que le dan ellos sí. Sin embargo, no voy a pagar 80 pavos por un plato sólo repleto de pretensiones y vacío de comida.
Por último, cuando las piaras hablan de asnos…es para pensárselo.
Claro que colarían, el valor a la alta cocina se la da el nombre y la decoración, o sea, la marca que han creado a su alrededor, han mentalizado al personal para que les parezca el sumun, un éxtasis en sí misma, cuando la realidad es que son trozos de comida corriente adornados y son cantidades ínfimas precisamente para dar ese énfasis a su carácter único y por tanto «valioso»
Para mi las ostras son lo más parecido a los vulgarmente denominados «gapos».
¿Son las ostras un manjar?, pues según para quién. Unos pagarían para comerlas y otros ni aunque les pagaran.
Te aplaudo Rulo, son modas a precios desorbitados, «obras de arte» que se valoran precisamente por sus precios desorbitados.
Un gran entendido en vinos (no recuerdo el nombre) dijo una vez que el mejor vino es aquel que le gusta a uno.
Las cosas valen según se las valora o se las quiera dar valor, y los seguidores las revalorizan.
Si el arte moderno no me gusta, para mi no tiene valor alguno.
Si el «oso» de Tous no hubiese caido bien a dos influyentes, las masas no le hubieran dado una categoría que (con el sentido común normal), no tiene.
Rulo, no se si has podido disfrutar de una «experiencia gastronomica» en un restaurante Michelin pero el tema de te quedas con hambre es un tema muy manido y falso hasta decir basta. El conocer nos lleva a no errar, aunque si a la gente le basta con llenar el buche con lo que sea y comer como pavos pues creo entonces que ese tipo de privilegio no es merecedor de que toque tu estómago porqur ni lo valorarás ni tienes idea del trabajo que supone hacer cada cosa rara que no sabes que seguramente digas que estas comiendo.
Para que gastarse el dinero en casas o buenos pisos pudiendo dormir en una chabola de pladur y tener en el banco esos 300.000€ restantes que cuesta una hogar en condiciones…. No?
Danilo, con dos huevos ahi!! Fuerte siempre. Recuerda que la miel no esta hecha para la boca del asno 😉 ya quisiera yo disfrutar de una cena que me ponga el vello de punta. Algun día 🙂 jajaja
Danilo, con todos los respetos…para mí más bien sería…¿por qué usar un coche con motor si puedes usar uno que sólo es chasis?. El propósito de la cocina es alimentar como el de un coche es desplazarse y la alta cocina no alimenta, solo aparenta. Que tengan que trabajar 40 personas 16 horas diarias para dar de comer a 30 personas (las cuales gastarán 100 € cada una en quedarse con hambre) no es algo que haya que alabar, es una simple aberración de la moderna estupidez que envuelve la gastronomía hoy en día. Hoy la alta cocina se asemeja al arte moderno. Consiste en llamar arte a algo que no lo es, basándose en una supuesta ignorancia de la plebe que no sabe apreciarlo y además cobrarlo a precio de oro. El Emperador está desnudo por mucho que pretendáis que lleva ropa.
Yo trabajo en un restaurante de vanguardia con varias estrellas michelín, y me gustaría que aquellos que cargan contra la «alta cocina» que no siempre significa nitrógeno y esferificaciones, lo cual es un tópico, vieran el enorme trabajo de 40 personas trabajando 16 horas diarias hacen para dar de comer a 30.
Obviamente no hablamos de alimentación ni nutrición, sino de experiencia.
Es como decir que un Ferrari o un Bugatti no tienen cabida porque con un fiat punto me apaño y me lleva a todos lados.
La alta cocina es una imbecilidad como un templo. La comida es para alimentarse, y quedarse a gusto, no para decorar un platito con cuatro gilipolleces. Lo que pienso de los nitrógenos y servir una tortilla de patata en un vaso y que te cobren 300 euros, mejor ni lo digo.
Si Alberto en vez de su león presenta una buena paella en una copa de champán, igual gana el concurso y todo.
Genial.
Ahora sólo falta Ferrán Adrià esferificando mcnuggets…
«la pregunta del millón es si, servidos en un restaurante, estos platos llegarían a colar». La respuesta es rotunda: SÍ.