Una semana más con este calor. En realidad como ha pasado toda la vida, que por algo estamos en plena canícula. Total, que a algunos se les cierra el estómago, y los más evitan meterse en la cocina a no ser que haya aire acondicionado. Así, que siguiendo con la recién estrenada tradición gulatequera de no complicarse la vida en verano, hemos ideado unos tomates rellenos que se preparan en un plis y no necesitan el fuego para nada.
La combinación tomate y aguacate es una apuesta segura y el resultado es un plato fresco gracias a las hierbas y la lima. Un entrante perfecto incluso para aquellos más sensibles a los termómetros disparados.
Ingredientes:
- Un tomate pequeño (tipo Corazón de buey) por persona.
- Medio aguacate por persona
- Pimiento rojo asado
- Apio nabo
- Zumo de lima
- Cilantro fresco
- Cebollino
- Sal, pimienta y aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Empezamos por los tomates. Nosotros hemos optado por los «Corazón de buey» porque nos encantan. Además son perfectos para la receta al ser más bien huecos por dentro a la vez que muy sabrosos. Por supuesto, se pueden sustituir por otro tipo que guste más o que simplemente esté n disponibles en la frutería. En caso de optar por los Corazón de buey, mejor coger los más pequeños o, más que una ración individual, parecerá una fuente de ensalada para quince.
Cortamos la parte superior y los vaciamos con una cuchara. Reservamos la carne. Dejamos escurrir los tomates vacíos para que no quede nada de líquido en su interior. Luego salamos y reservamos.
Vamos a por los aguacates. Pelamos y cortamos en dados pequeños. En un bol ponemos el aguacate y rallamos un trozo de raíz de apionabo. En caso de que no encontréis esta variedad, puede servir un poco de apio común cortado a dados pequeños.
Aliñamos con sal, bien de zumo de lima -nosotros hemos utilizado una lima por cada aguacate- y las hierbas. En esto no ponemos medidas porque depende del gusto de cada uno. Hay que tener en cuenta, esto sí, que el cilantro tiene un sabor muy potente, así que mejor moderarse de entrada.
Dejamos reposar la mezcla en la nevera el tiempo que podamos. Este paso no es imprescindible, así que si hay prisa para comer no pasa nada.
En el momento de montar el plato, cortamos el pimiento asado -para no complicarnos la vida ni acercarnos al horno lo hemos comprado en conserva- lo mezclamos con el resto de la mezcla que tenemos reservada y llenamos los tomates.
Hemos aprovechado la carne de los tomates picada para hacer una vinagreta con aceite de oliva, sal y un poco de pimienta. Con ella hemos acabado de aliñar los tomates rellenos. Además, esta misma vinagreta la podemos utilizar en multitud de ensaladas.
Los tomates no necesitan mucho acompañamiento para ser el entrante perfecto. Tan solo servirlos fríos de la nevera y acompañados con unos picos de pan o regañás. Más fresco y ligero es casi imposible.
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