
Septiembre ya está aquí, y aunque es hora de deshacer las maletas y volver a la rutina, todavía es pronto para renunciar a los estupendos productos de verano que quedan en el mercado, y a esas recetas sencillas y refrescantes que tanto nos gustan.
La sandía ha sido nuestro ingrediente estrella este verano, y no solo como postre porque, igual que el melón y otras frutas, da mucho juego también en recetas saladas. Esta vez hemos probado con una sopa fría de melón, pepino y menta, con la esperanza de hacer más llevadero el cambio de la playa a la oficina o, al menos, presumir de táper colorido y rico en el trabajo.
Sí, es una sopa de melón y pepino, aunque por el color alguno creerá que ya estamos en otoño y haciendo cremas de calabaza. La razón es muy sencilla: hemos utilizado melón de la variedad Cantaloup, aunque evidentemente podemos recurrir al que más nos guste o tengamos a mano. De hecho, siempre es buena idea utilizar ese que tenemos por casa y amenaza con empezar a ponerse feo si no lo comemos ya.
Ingredientes
- 500 gr. de melón
- 150 gr. de pepino
- 1 yogur natural sin azúcar
- 4-6 hojas de hierbabuena o menta
- Aceite de oliva virgen extra
- Medio diente de ajo
Preparación
Esta receta es de las facilonas. De las de limpiar, trocear, triturar y mezclar, vaya. Empezamos cortando el melón, quitándole la cáscara y partiéndolo en dados. Limpiamos bien el pepino, que utilizaremos con la piel.
Le hemos añadido también medio diente de ajo, porque le da un toque interesante que puede recordar ligeramente al gazpacho. Pero si preferimos una sopa fría más suave podemos prescindir de él.
Trituramos todo con la ayuda de una batidora o robot de cocina, añadiendo al melón y al pepino el yogur natural, el aceite y las hojas de hierbabuena. Probamos y salpimentamos al gusto, ajustando también la densidad de la sopa dependiendo de si preferimos algo más líquido o cremoso. Si ha quedado demasiado espesa y, además, queremos comerla ya bien fresca, nada como añadir uno o dos cubitos de hielo y volver a triturar.
En el momento de servir, si nos animamos, se puede aprovechar la propia cáscara redonda del melón Cantaloup, que habremos vaciado con una cuchara y un poco de cuidado. Si no, un bol normal también sirve. Decoramos con lo que más nos guste o tengamos a mano: en este caso unos trocitos de tomate seco, pipas de calabaza, un poco de queso rallado y chorrito de aceite.
Una sencilla y estupenda receta para animar las noches de septiembre y mantener vivo el espíritu veraniego.
Buena receta, habrá que probarla antes de que se acaben los melones
Tiene que estar muy rica. Gracias