Es uno de nuestros hoteles favoritos de Londres y, de hecho, el campamento base que utilizamos siempre que se tercia para nuestras excursiones gastronómicas por la capital inglesa. Además de su estupenda localización junto a la zona de teatros y Covent Garden, desde finales del año pasado ME London cuenta con un nuevo argumento gastronómico: el restaurante Zela.
Se trata de la primera apertura internacional tras el estreno en 2017 en Ibiza, y la llegada de la cocina meppon a Londres. ¿Qué invento es ese? Pues nada menos que la fusión entre la cocina mediterránea y japonesa que, de la mano de Ricardo Sanz, lleva años consiguiendo adeptos y reconocimientos, y que ahora, además, tiene denominación propia. Que eso siempre gusta.
Ubicado en el mismo hotel pero a pie de calle y con entrada propia, la decoración ha corrido a cargo de Studio Gronda, que consigue una atmósfera sofisticada y acogedora, en línea con el estilo de los restaurantes Tatel, pertenecientes al mismo grupo y presente también en Madrid.
¿Y en qué se traduce esa fusión entre lo nipón y lo mediterráneo? En platos tan curiosos y ricos como las vieiras -¡cómo les gustan las vieiras a los ingleses!- con sobrasada, un delicioso sichimi salmorejo acompañado de edamames, o un niguiri con huevo de codorniz.
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Combinaciones que pueden sonar muy extrañas pero que realmente funcionan y que enlazan con uno de los clásicos de Ricardo Sanz que en su momento ya pudimos probar en Cañota (Barcelona) y con el que nos reencontramos en Londres: huevos rotos con atún. Un imprescindible de la carta de Zela que hay que probar sí o sí.
Muy recomendable también el corte de Wagyu -del de verdad- servido sobre una pequeña parrilla para ser cocinado en la misma mesa y de postre los falsos makis de chocolate y fresas.
Además del brunch y las propuestas de desayuno -es una de las opciones que se ofrecen a los alojados en el ME London– Zela aprovecha su localización para ofrecer un menú pre-teatro por menos de 30 libras. Una idea muy inglesa pero perfecta para cenar muy temprano (o merendar) de 5 a 6 y media, antes de entrar a ver el musical o la obra de turno.
La coctelería también juega un papel importante en Zela y, de hecho, no es mala idea acompañar la cena con alguno de los combinados que se ofrecen. También aquí hay guiños mediterráneos con un par de cócteles de sangría a base de vino blanco y champán con yuzu y jengibre, y propuestas muy interesantes también en los cócteles sin alcohol, muchas veces la asignatura pendiente en estos locales.