De los creadores de No sin mi cupcake y Fiebre del macaron llega a sus pantallas Whoopie pies, la nueva sensación. Se trata de unos pastelitos llegados desde el otro lado del Atlántico que tienen todos los números para convertirse en el próximo dulce-moderno de moda.
La idea es sencilla: un pastel formado por dos piezas redondas – con textura a medio camino entre la galleta y el bizcocho- y, en medio, crema o frosting. Algo parecido a un sandwich dulce. Hay una infinita variedad de sabores tanto de relleno como de masa pero, los clásicos, se hacen con bizcocho de chocolate y Mashmallow Fuff.
Hay controversia en torno a la procedencia de estos dulces: los estados de Maine, Pennsylvania y New Hampshire aseguran ser la patria que vio nacer los Whoopies. Lo que sí parece claro es que fueron las mujeres Amish las que originalmente preparaban este curioso dulce como merienda o postre para sus hijos y maridos.
El folcklore local – y la wikipedia – dice que deben su nombre a que cuando los fornidos granjeros o los cándidos chiquillos abrían su fiambrera y descubrían el pastelillo dentro en una explosión de júbilo sin precedentes gritaban: Whoopie!
En La Gulateca -creadores natos de tendencias- supimos que la era de los whoopies estaba a punto de comenzar por estos lares cuando empezamos a ver anuncios de cursos exprés de preparación y decoración de estos dulces. Primer síntoma de que la invasión está cerca.
Aunque hoy por hoy no es fácil encontrarlos por Barcelona, auguramos -como si fueramos Esperanza Gracia- que, con la moda de los cupcakes casi en la prehistoria y la caída en picado del glamour de los macarons (los venden hasta en McDonald’s) las pastelerías modernas necesitarán un nuevo producto estella y acabaremos de las whoopie pies hasta la peineta.
Antes, eso sí, disfrutaremos de su época de esplendor. Si os apetece hacerlos, en este libro de Sarah Billingsley y Amy Treadwell encontraréis varias recetas interesantes.
