Si hay una tipografía que merezca tener un vino con su nombre sin duda esa es la Helvética. Una letra creada en 1957 (por Max Miedinger y Edouard Hoffmann en Suiza, nos chiva la Wikipedia) y cuya elegante discreción le ha servido para convertirse en una de las fuentes más usadas y respetadas.
«Ante la duda, Helvética» podría ser un buen grito de guerra para muchos diseñadores. Su prestigio es tal que, según leemos en Yorokobu -a ellos les debemos este hallazgo-, ya existe una película y un perfume dedicado a ella.
Así que sólo faltaba el vino. De eso se ha encargado el estudio Wilwildweb que ha llevado esto de las etiquetas y las botellas bien diseñadas un paso más allá y ha creado un vino dedicado a la letra Helvética. De hecho, ese es su nombre.
Que no se asuste nadie, que no se trata de un experimento con vino suizo. Que, oye, igual sería cuestión de probarlo. Aunque el exterior es de lo más innovador, en lo que respecta al contenido parece que se ha apostado por lo seguro: se trata de un vino con denominación de origen Tierra de Castilla y 100% tempranillo.
De su comercialización se encarga Vinorama y de la elaboración del vino la bodega manchega Torrede Barreda. No hay más pistas y todavía no hemos tenido ocasión de probarlo, pero todo parece indicar que estamos ante un tinto joven, de esos que suelen funcionar muy bien. Pero para salir de dudas lo mejor será encargar una de las 1.300 botellas que se han producido y que se venden a 9,25 euros.
Y por si alguien se lo estaba preguntando, que nosotros sepamos, todavía no existe la sangría Comic Sans. A por ello, entrepeneurs.