Si a estas alturas alguien todavía pensaba que eso del plant-based (alternativas vegetales a productos animales) era una cosa de cuatro hippys trasnochados, aquí uno de esos titulares que ayudan a entender mejor la realidad del mercado: el fondo de inversión Blackstone ha participado junto a otros inversores en una ampliación de capital de 200 millones de dólares de Oatly.
Más pistas para quienes se hayan quedado igual con estos dos nombres. Oatly es una de las más veteranas y potentes compañías de bebidas vegetales, que hace poco aterrizaba en España con su correspondiente polémica campaña. Sí, los de «como la leche, pero para humanos».
Su gama de bebidas a partir de avena goza de una gran fama entre quienes han optado por prescindir de la leche y buscan una buena alternativa vegetal.
Tal y como ellos mismos explican, las ventas no paran de crecer y necesitaban una inyección de 400 millones de dólares para seguir creciendo y montar nuevos centros de producción en Estados Unidos, Europa y Asia capaces de abastecer la demanda de leche vegetal en el mundo.
Y es ahí donde entra Blackstone, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo y que en España es de sobra conocido por ser nada menos que el mayor propietario de viviendas en el país.
Calificado directamente por muchos como «fondo buitre», durante 2019 hubo numerosas protestas en Madrid contra esta compañía por los aumentos de los alquileres y desahucios de inquilinos. Incluso expertos de la ONU pidieron públicamente la primavera del año pasado a Blackstone que pusiera freno a sus prácticas especulativas en el mercado inmobiliario.
Discovered that @oatly has partnered with Blackstone – an investment company who part own companies who are responsible for Amazon deforestation. I have done a full information post on Instagram and will from now on be moving my own purchases elsewhere
Thread key points: pic.twitter.com/8jn2bFKAg6
— Laura Young (@LessWasteLaura) August 29, 2020
Pero la cosa no queda ahí porque, cuando se hizo público el acuerdo, las mayores críticas a la marca sueca apuntaron a la vinculación de Blackstone con una compañía que participa en la deforestación del Amazonas.
Si lo de la especulación inmobiliaria ya chirriaba, en este caso ni siquiera hay que hilar fino para sacarle los colores a Oatly por aceptar cierto tipo de dinero. ¿Se puede cambiar el mundo -eso aseguran que hacen con su bebida vegetal- de la mano de una empresa vinculad a la especulación o la deforestación?
https://www.instagram.com/p/CErkxmJsfTD/
La respuesta parece obvia pero ojo porque en Oatly, no solo son buenos con las bebidas de avena, también haciendo malabarismos discursivos que conviertan en una buena noticia lo que aparentemente está muy lejos de serlo.
En un comunicado público, la compañía da su versión de los hechos y, pasando por alto las relaciones de su nuevo inversor con negocios un tanto turbios, se centran en las posibilidades que supone la entrada de más dinero para su misión. ¿Vender más leche vegetal? Claro, pero también convertirse en una alternativa a la industria láctea y la ganadería tradicional y sus efectos medioambientales.
El razonamiento es, ciertamente, muy optimista: hay que demostrar al gran capital la viabilidad de invertir en compañías sostenible como Oatly para que apuesten por este segmento. Vaya, convencer a empresas como Blackstone para que dejen de financiar a los malos y se pasen al lado verde de quienes quieren salvar el planeta.
Tan optimista que parece directamente una tomadura de pelo. ¿No será que Blackstone quiere usar una empresa como esta para lavar un poco su imagen y poder presumir de sostenibilidad en el próximo Power Point? ¿No será que si se elimina la cuestión social y política de la ecuación ecologista lo que queda es un chiste de mal gusto?
O tal vez todo es mucho más sencillo: lo vegetal es un segmento en crecimiento y apunta maneras para ser un gran negocio a corto y medio plazo. Y los grandes, por supuesto, no quieren perderse la fiesta. Petróleo o leche vegetal, da igual, todo es dinero.
Así que suponemos que habrá que acostumbrarse a estas bonitas incoherencias en las que, los mismos que echan a la gente de sus casas o se cargan el Amazonas, quieran que dejemos de beber leche porque es malo para el planeta y para las vacas.
Blackstone es junto a Apollo el fondo buitre por antonomasia, y tiene muy mala fama, en alguna ocasión merecida.
Muchas gracias por el artículo, seguía hace tiempo esta empresa por mi interés por el verde, ahora ya no.