¿Te gusta el vino con un toque de madera? ¿Echas de menos los tostados en ese vino de marca blanca que has comprado por menos de 1 euro en el supermercado? ¿Te gustaría poder levantar la copa, observarla pensativo y decir eso de «redondo en boca» pero el presupuesto no te llega para vinos dignos de tanta redondez?
En realidad, hay estupendos vinos a precios muy ajustados, y por aquí hemos enumerado unos cuantos por menos de 10 euros que merecen mucho la pena. Con o sin madera, por mucho que algunos relacionen envejecimiento en barrica con vinos buenos o más caros.
Por lo visto eso es lo que han debido de pensar los inventores de Oak Bottle, una botella de madera de roble que no es nueva -lleva desde 2015 cabreando a algunos enólogos-, pero que acabamos de descubrir y nos ha dejado bastante fascinados. La idea es sencilla: simular y acelerar el proceso de envejecimiento del vino en la barrica de madera de tal manera que lo que allí se consigue en meses o años, en esta botella se pueda lograr en sólo 24 o 48 horas.
Aunque dicho así suena a uno de esos productos mágicos de Teletienda, quienes la han probado aseguran que funciona y que convierte un vino joven y sencillo -que no significa malo, si se nos permite el apunte- en algo con más cuerpo, densidad y bien de madera y tostado. Porque sí, además de estar hecha de madera de roble, esta original botella también se tuesta para que pueda trasladar esos ahumados al vino.
Y quien dice vino dice también whisky, cócteles o cervezas. Cualquier alcohol -dicen sus creadores- mejora con esa sensación de envejecimiento que la botella es capaz de darle en unas pocas horas. Hay diversos tamaños y precios a partir de 60 dólares, e incluso han inventado un vaso de esta misma madera para que los más impacientes sólo tengan que esperar unos minutos antes de ver como el vino o licor de turno envejece por arte de magia.
Se supone que la botella va perdiendo potencia con el uso, pero es capaz de aguantar sin problemas unos 50 ciclos de rellenado. Tras esto, habrá que esperar más tiempo para obtener el mismo resultado o comprarse otra, aunque desde la firma se están planteando ofrecer un sistema de retostado para hacer que las botellas usadas recuperen potencial.
Pero, ¿realmente tiene sentido ponerle madera a un vino que no es nada del otro mundo con la intención de que parezca mejor? La idea puede dar mucho juego en catas a ciegas para engañar a supuestos entendidos, de hecho desde Oak Bottle aseguran que expertos en vino han preferido en catas los más baratos pasados por esta botella antes que otros mucho más caros.
Por si fuera poco, la botella de madera también se comercializa con diferentes aromas, para quienes quieran ir un poco más allá y dar a la bebida toques de chocolate, canela o vainilla entre otros. Si eres de los que -como nosotros- nunca acierta los aromas en la catas, igual ésta pueda ser una buena opción para asegurarte la próxima vez.
En cualquier caso, sólo hay una pregunta que nos queda sin respuesta: ¿funcionará también con el kalimotxo y lo convertirá en un cóctel de nivel?
Para eso mismo, la bota de vino es un fenómeno, muy nuestra y de toda la vida de Dios.