Tanto su origen (austriaco, veneciano con influencias austrohúngaras…) como la receta “auténtica” es tema de debate. De lo que no hay duda es de que el Spritz ha acabado por convertirse en una de las bebidas oficiales de Italia. Al menos es el aperitivo más popular del norte del país y poco a poco va ganando renombre internacional.
El Spritz es un cóctel que tiene como base Aperol o Cynar, aunque también se puede preparar con Campari. Aperol es en realidad una marca del Grupo Campari con una graduación alcohólica algo menor y pensado específicamente para este combinado. Cydar es un curioso digestivo que entre sus ingredientes cuenta con la alcachofa que decora la etiqueta y cuya producción también corre a cargo de Campari, así que todo queda en casa.
Dejando a un lado las decenas de variaciones regionales posibles, la receta básica es muy sencilla: vaso ancho o copa, bien de hielo en cubitos, 2 partes de Aperol, 3 partes de prosecco blanco (vino espumoso italiano) y rellenar con soda. De decoración una rodaja de naranja, una aceituna o, si estamos generosos, las dos cosas.
Aunque lo suyo es catarlo por el Veneto y el norte de Italia, su popularización ha llegado un poco más al sur. De hecho en Florencia ya es bastante típico encontrarse con una amplia oferta de locales que se han apuntado al ritual del aperitivo, en el que este cóctel suele jugar un papel destacado en la carta de bebidas, acompañándolo -aquí viene una de las partes más interesantes- de un surtido de picoteo o incluso un abundante buffet que en algunos casos pueden resolver la cena. De ahí que en algunos lugares el Spritz se haya transformado en la denominada “apericena”.
Este es el caso, por ejemplo, del Kitsch (V. S. Gallo, 22 Florencia) con fama de tener el apertivo más generoso de la zona y al que acudimos en una reciente visita a esta ciudad de la Toscana. Pese a que su nombre y ese ambiente con ínfulas modernas, y de lounge de esos puede asustar un poco, la visita merece la pena si de lo que se trata es de acompañar en condiciones el Spritz.
¿Pero qué ocurre cuando volvemos y nos hemos convertido en adictos a esta bebida? Aunque ya hay numerosos bares que ofrecen Spritz por aquí (al menos en Barcelona, Madrid y seguramente también en otras grandes ciudades) prepararlo en casa no tiene ningún misterio.
Nosotros hemos decidido catalanizar un poco la receta original, cambiando el prosecco por cava. Si además usamos Campari en vez de Apperol es posible que el resultado sea más amargo de la cuenta. ¿Solución? Sustituir la soda por un toque de gaseosa para compensar un poco con su dulzor. Muy purista no es, pero a falta de los ingredientes más tradicionales, da perfectamente el pego.
¡Oh, qué ocurrente!
[…] a nuestra labor de marcar tendencias y modas, hace casi un año hablábamos por aquí del spritz, ese aperitivo italiano con mucha historia a sus espaldas y que este verano está pegando fuerte en […]
[…] prima por favor – o incluso esta que hemos descubierto embotellada. No nos olvidamos del spritz, una moda importada de Italia, así como el shakerato. ¡Sí, aún queda gastronomía por importar […]