Un salt beef bagel en Brick Lane

¿Qué hacen los modernos en Londres? Ir a pasar la tarde y lucir sus mejores barbas por Brick Lane. Se ve que el este de la ciudad está de moda así que merece la pena acercarse hasta allí para ver la ecléctica combinación de hipsters con las tiendas de la comunidad bangladeshí históricamente situada en esta zona.

Una visita que también tiene su punto gastronómico. De hecho esta es la mejor excusa para ir por allí y soportar esa sensación de que jamás seremos ni la mitad de modernos que estos chicos londinenses.

El festival de comida callejera en The Old Truman Brewery es motivo suficiente para ir. También los dulces bangladeshies. Pero en nuestra lista de objetivos a cumplir teníamos subrayado uno: probar un hot salt beef bagel en uno de los locales de esta calle. Un consejo gentileza de Ibán Yarza que, además, también nos recomendó volver cargados de queso cheddar Lincolnshire Poacher.

Así que para allá nos fuimos, dispuestos a probar los que dicen son los mejores bagels de la ciudad en una tienda -hay dos seguidas, nos recomendaron la segunda, en el número 159- con poco glamour pero una larga cola en la puerta. Un local pequeño, sin mesas -sólo una pequeña barra- y donde se despecha a bastante velocidad y volumen de voz estos panecillos agujereados que se elaboran en el obrador del fondo.

El bagel sólo es ya espectacular y la versión con crema de queso y salmón también merece la pena, pero la especialidad de la casa es el relleno de salt beef o, como dirían al otro lado del Atlántico, corned beef: carne de ternera macerada con sal y especias y luego cocinada unas cuantas horas, convirtiéndose en el relleno perfecto para estos bagels.

¿Con mostaza? preguntarán desde detrás del mostrador. Claro, responderás con gesto duro para después esconderte en algún rincón mientras mordisqueas el bagel y los lagrimones te caen por las mejillas por culpa de esa mostaza que, por otro lado, es adictiva.

Vaso de té para acompañar y 20 minutos de felicidad asegurada, mientras se ve desfilar al variado personal que se acerca hasta aquí y al otro lado empieza a llover.