¿El restaurante de una prisión en el puesto número 1 entre los más de 18.000 de la capital inglesa? Dicho así puede sonar a una de esas cosas extrañas que ocurren a veces en TripAdvisor, o incluso a una de esas bromas que algunos usuarios le cuelan a la popular y cuestionada web de restaurantes.
Pero el caso es que The Clink, ubicado dentro de los muros de la prisión de Brixton, hace ya años que acumula buenos críticas, y ha ido subiendo puestos en este ranking hasta alcanzar ahora el número uno. Para situarse en contexto, el restaurante de Gordon Ramsay en Londres (con 3 Estrellas Michelin) ocupa el puesto 43 de la lista, y el mismísimo Alain Ducasse, con su restaurante en el hotel Dorchester, también con 3 Estrellas, se va al puesto 238. David Muñoz y su StreetXO londinense, por citar otra referencia, anda por el puesto 558.
Lógicamente, The Clink no es el restaurante de la prisión donde comen los presos, sino un local que se encuentra dentro de las instalaciones de la cárcel y donde trabajan personas encarceladas y en proceso de rehabilitación. Gestionado por una organización que trabaja en la reintegración social de presos, aunque el mismo modelo funciona en cuatro cárceles inglesas, es la de Brixton la que parece hacer conseguido un considerable nivel gastronómico.
Con servicio de desayuno, comida, té de la tarde y cenas algunos jueves, la carta de verano es bastante corta, pero con precios ajustados para tratarse de Londres y una presentación que, a la vista de las imágenes de los platos, no tiene nada que envidiar a la de restaurantes de cierta categoría.
De todos modos, lo curioso del lugar no es tanto la calidad de la comida como su localización, claro. De entrada, para poder comer en The Clink hay que reservar con tres días de antelación como mínimo (seguro que ahora la lista de espera es larga), todos los comensales tienen que ser mayores de edad, e identificarse y pasar un control de seguridad para acceder al recinto carcelario.
Las normas del local también son bastante especiales, así como la lista de dudas habituales que la organización resuelve. ¿Se puede hablar con los prisioneros que ejercen de camareros? Claro. ¿Hay cuchillos en la cocina? Evidentemente, aunque en todo momento están supervisados.
¿Se sirve alcohol en el restaurante? No. ¿Se puede dejar propina? No, pero se admiten donativos. ¿Fotos? No a los camareros y cocineros, claro, y de hecho se pide que mejor no comentar la experiencia con demasiado detalle en las redes sociales, aunque sí se incita a dejar una opinión en TripAdvisor. También está prohibido acceder al restaurante con más de 50 libras en efectivo, y los periodistas tendrán que tener un permiso especial para poder comer allí.
Aparentemente, toda una experiencia para los comensales y una forma de apoyar la labor de la organización Clink Charity con los presos. Pero ¿realmente será este el mejor restaurante de Londres o son otros criterios más allá de los gastronómicos los que han conseguido auparle hasta el primer puesto?
La respuesta parece bastante evidente aunque, eso sí, lo incluimos ya mismo en nuestra guía gastronómica de Londres para no perdernos la experiencia en la próxima visita.
La estupidez humana no tiene limites dentro de poco le darán hasta estrellas Michelín, y la gente se pegará por comer en el.
Se admiten limas como propina ?