¿Un menú de 365 euros es solo para ricos? Ni caro ni barato, ‘DiverXO’ de Dabiz Muñoz cuesta lo que cuesta

Ante debates cansinos, respuestas evidentes. Y es que de todos los temas interesantes alrededor del mundo de la gastronomía, volvemos a tropezar con el dichoso precio del menú degustación de Dabiz Muñoz. Una polémica seguramente inexistente más allá de las redes sociales y los titulares en busca de click -incluyendo el de ahí arriba, pero hay que ganarse el sueldo para poder pagar el menú-, pero que cada pocos meses vuelve a ocupar un par de días de absurdo debate.

En realidad, como casi todo lo que tiene que ver con lo que es caro o barato. Y más si nos movemos -el propio chef lo comenta- en el mundo del lujo, donde las fronteras de lo que resulta lógico e inaceptable se desdibujan más que en ninguna otra parte. La subida de precio a 365 euros por persona hace que para muchos resulte caro, pero otros señalan que un restaurante de este nivel en cualquier otro país costaría mucho más.

¿Quién tiene razón? Los dos. No se trata de ser políticamente correctos, es que debatir en qué decide alguien gastarse sus cuartos tiene poco sentido. Los 365 euros en comer que suenan inadmisibles para unos, resultarán escandalosos para otros si hablamos de otro capricho. Porque eso es exactamente lo que es un restaurante: un capricho.

Todo esto viene, por cierto, a raíz de una reciente entrevista en la que el popular chef aseguraba que su menú no es para ricos. ¿Un patinazo? Puede ser que, teniendo en cuenta como están y vienen las cosas, haya sentado mal.

Pero la verdad es que tiene razón: muchos que estamos a años luz no ya de ser ricos, sino de tener la vida resuelta, podríamos hacer el esfuerzo y pagar para ir a DiverXO. Encontrar mesa ya sería otro tema. Eso sí, dime que pague 40 euros por una entrada a un partido de fútbol y me estoy riendo hasta mañana, por usar la recurrente comparación.

Ni somos palmeros de Muñoz -de hecho su vinculación de precios a condiciones laborales ya nos pareció cuestionable– ni mucho menos él necesita a nadie que le diga que tiene razón. Entre otras cosas porque, como decíamos, llena cada día su restaurante, hay lista de espera y podría cobrar casi lo que le diera la gana y seguiría teniendo clientes.

Pero es verdad que para mucha gente pagar unos 1.000 euros en una mesa para dos -o más, si vamos con el maridaje- es impensable. Ese es el presupuesto familiar de vacaciones, la cifra de cada mes en la nómina y todo eso que ya sabemos en este país.

De todos modos, sería interesante que quienes defienden que el precio es justo, también lo hagan cuando se sube el salario mínimo o se habla de las condiciones laborales de este país. La alta gastronomía es lujo. Pero si de verdad quiere ser un lujo asequible y no un Ferrari -citando de nuevo al chef- alguien tendría que preocuparse de que la distancia entre lo que gana una familia normal y corriente en el país y lo que cuesta un menú degustación no esté tan lejos. Y la solución, evidentemente, no es bajar el precio de DiverXO.

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