La segunda temporada de Top Chef se resume en tres palabras: duelo de odiosos. Carlos, con frases ideales para twittear, contra Marc, su antagonista. Una sola línea argumental sostiene todo el programa. Cada semana nos colocan a uno de los dos en el reto final con la intención de crear expectación: “¡A ver si eliminan a Carlos con su alginato!”, “¡A ver si se va Marc con su mal carácter!”.
Y cada semana me acuerdo yo de Anthony Bourdain (jurado en una de las ediciones de Top Chef en EEUU) que cuenta en su libro En crudo que allí el jurado era totalmente autónomo y más de una vez habían eliminado a concursantes aunque el productor se quedara sin pelo por el disgusto.
Aquí -por suerte para la salud capilar de algunos- parece que jurado y productores van de la mano. Nos apostamos dos garbanzos a que la pareja va a llegar hasta el final aunque ninguno de los dos va a ganar el concurso. El premio lo tiene ya garantizado, desde hace unas semanas, el alegre David. Además, quién gane es lo de menos.
Top Chef parece el patito feo de los realities culinarios en España. Un formato de gran éxito internacional pero que, trasladado aquí, no levanta ni la expectación ni los comentarios de sus predecesores, Pesadilla en la Cocina y Masterchef. A pesar de eso, Antena 3 insiste con la idea de que el patito puede ser cisne. Por eso la cadena decidió darlo todo en esta segunda temporada.
Si sobrevive, ¿qué podemos esperar de Top Chef en España? El formato lleva años de ventaja fuera de nuestras fronteras audiovisuales. En Estados Unidos, donde lo emite el canal por cable Bravo, van por la edición número 12 y en esta ocasión se ha trasladado a Boston después de terminar la última en Hawai. En 8 años, el formato ha desplegado todo su potencial de spin-offs y variantes y ha creado un particular star system topchefero.
Así que vamos a hacer una labor de predicción chapucera para ver hacia dónde puede evolucionar, siempre que Antena3 tenga suficiente paciencia. Adelante con nuestro particular Regreso al futuro de los cuchillos.
· Top Chef edición especial (TC All-Stars). Está al caer. Una temporada más bastará para tener una edición con repesca de concursantes. Los más curiosos, aquellos que no llegaron a la final o se quedaron a las puertas y que se volvieron adictos al medio televisivo más que a la cocina. Concursantes con experiencia televisiva es sinónimo de más reality y menos (aún menos) cocina, pero es el inicio para la creación de un ecosistema de cocineros televisivos básica y fundamental para otros formatos. En Estados Unidos hubo 7 temporadas antes de la All-Stars. Aquí aventuramos que no van a ser necesarias. De hecho, Bárbara, de la primera edición, ya tiene su sección en la web de esta temporada.
· Top Chef VIP (TC Masters). Masterchef es para cocinillas con ínfulas y aspiraciones semiprofesionales. Top Chef es para profesionales con ganas de iniciar una carrera en solitario, lanzar su propio restaurante o publicitarlo. En resumen, ser conocidos. ¿Y los cocineros populares? ¿Deben resignarse a esperar ser llamados como jurado? No. En Estados Unidos lanzaron Top Chef Masters para cocineros VIP. ¿Qué sacan de participar en un concurso si ya tienen fama, dinero y mujeres/hombres a mansalva? Pues, además del factor ego – nada desdeñable en esta profesión – un tampoco nada desdeñable premio de 100.000 dólares. Aunque vistas las ediciones VIP de los realities en este país, esta posibilidad da algo de miedo, la verdad.
· Top Chef dulce (TC: just desserts). En el país del azúcar no podía faltar una edición dulce de Top Chef sólo para pasteleros. Trasladado aquí, veo la posibilidad de una edición sólo con malenis. Eso sí, antes de que se pase (del todo) la moda de cupcakes, muffins, cronuts, fondants y demás. Ahí está la clave, nada de postres serios como con el fracasado experimento de Paco Torreblanca. Y por supuesto con Alma Obregón y SandeeA de jurado para dar empaque.
· Top Chef verde (TC Healthy Showdown). Después de atiborrarnos a dulces, nos vamos al otro extremo. Aunque, una pregunta, ¿qué significa un Top Chef de cocina sana? Si nos referimos a baja en calorías es otro tema, pero la cocina que no es sana es la mala cocina y cabe suponer que no debería tener espacio en un programa de gastronomía, ¿verdad? Hechas las aclaraciones y teniendo en cuenta que la gente asocia sano a dieta y a lo verde, sin duda éste sería el espacio ideal para rescatar de Masterchef a Celia “la (ex)vegana”.
· Crucero Top Chef (TC at the Seas). Esto es un poco trampa porque el original no es un programa de televisión, sino una iniciativa de una compañía de cruceros, aprovechando el tirón del programa. ¡Pero ahí veo un formato! Incluso puedo imaginar ya un capítulo cocinando con una tormenta del copón y la orquesta tocando. Hagan lo que hagan -suponiendo que algo así llegue a existir algún día- seguro que no llega al nivel de cutrez del experimento gastro-lúdico-erótico-festivo-marítimo de Parada y Marujita.
· Duelos Top Chef (TC Duels). De todas estas ediciones sale un lista interminable de concursantes y seguro que más de uno necesita aumentar su dosis de exposición televisiva. Momento, por tanto, del re-refrito. En este spin-off los cocineros se enfrentan de dos en dos en una competición para ganar 100 mil dólares. Un cara a cara de viejos conocidos, como este ejemplo con Antonia Lofaso y Mike Isabella que ya participaron en Top Chef , luego coincidieron en TC all stars y ahora en TC duels. Por supuesto, Carlos y Marc tienen ya una batalla reservada en España. Eso sí, en la versión americana, el duelo es de buen rollo, incluso acaban comiendo juntos. Para putadas ya está Sabotaje en la cocina (Cutthroat kitchen), pero este es un tema para otro día.
· ¿Top Chef Junior? Se rumorea que hay una versión junior con participantes menores de edad que nunca se ha emitido. Si la edición de Masterchef para niños -recordamos, con concursantes aficionados- ya chirría un poco, una versión profesional suena bastante más surrealista. Porque, ¿alguien puede explicarme dónde encontrar menores de edad profesionales de la cocina que quieran montar su propio negocio?
El problema que tiene en este país «Top Chef», se llama subordinación a la publicidad y la búsqueda del máximo de audiéncia por encima del espectáculo culinario. Antena3 se cree que por meternos en calzador a Chicote, la cosa va a funcionar, pero realmente, el duelo de gallitos entres Marc y Carlos ya cansa.
http://hemosvisto.blogspot.com/2014/11/los-4-fantasticos.html
Madre mía, pues sí que hay variantes!!! Yo creo que TopChef no triunfa por lo que tú dices, se nota demasiado quién quieren que gane.
http://areaestudiantis.com
El jurado de este programa es estúpido y estomagante, se me revuelven las tripas con sus sentencias ridículas. Dejé de ver el programa porque la cocina era de lo que menos se ocupaban.
Horrible programa.
Por desgracia va a ganar Carlos, ayer en una obra de teatro de Madrid se desenmascaró indirectamente el resultado. Espero equivocarme, pero la lógica es lo que me dice
Voy a ser de los pocos a los que le gusta este programa.
Es cierto que tiene muchos defectos y que uno acaba un poco harto de la publicidad y los anuncios, cierto que los concursantes deberían comportarse de manera más «profesional», cierto que los jueces se pasan a veces de «listos» y un montón de cosas más…; pero, la verdad, es que, de momento, se deja ver…
Lo malo es la combinación Top Chef – Juego de Tronos, mismo día, misma hora… ¿En que andaban pensando en A3?? Yo hubiera puesto uno de los 2 programas el Martes, y le daba un descanso a Los Simpsons…
En cuanto a los ganadores, por el momento mis apuestas son David-Carlos, tal vez Víctor y Peña también tengan opciones, ya veremos…
En cuanto a Marc, pues será (es) un chef como la copa de un pino, pero de simpatía-empatía anda tirando a corto…
Chicote solo sabe decir «esto está arriba o abajo» «primero sube y luego baja», y los otros 2 del jurado, que básicamente no pintan nada se dedican a matizar lo que Chicote dice pero nunca quitándole la razón. Me niego a creer que siempre estén de acuerdo en todo. Al menos si llevas a 3 personas del jurado con los mismos «gustos» está claro que la objetividad se queda a un lado.