Tirar una barra de pan al día

pan

Aunque no sea el estilo habitual de este blog, me van a permitir que, por una vez, les cuente una anécdota personal. La secuencia tiene lugar en Barcelona, cerca del barrio del Carmel. A punto de entrar en el portal de casa se para una chica con dos barras de pan bajo el brazo. – ¿Quieres una barra de pan? – Gracias pero ya tengo en casa – Venga, para ti o para el nene. Es que si no la voy a tirar. – Hombre, pues para que la tires ya me la quedo, gracias. – Es que cada día compro la barra de pan ahí arriba y me dan dos. Yo solo quiero una, pero me dan dos igualmente. Así que cada día acabo tirando una barra de pan.

En la calle de arriba abrió hace algo menos de dos años una panadería de una conocida cadena. Empezó con el irresistible gancho del 2×1. De lo que sea, un pan de kilo o un croissant. Y si compras dos te dan cuatro. Pronto se hizo popular en la zona la letanía de las chicas del mostrador “¿Uno que son dos o dos que son cuatro?”. Como era de preveer consiguió atraer a todos los clientes del barrio. Y esta oferta, previsiblemente temporal para hacerse hueco en la zona y de paso aniquilar cualquier competencia, se ha convertido en permanente.

Las ofertas de 2×1, hablando de comida, son propias de grandes superfícies y para deshacerse de stock de alimentos perecederos. Sin duda es un reclamo irresistible. Es ver un 2×1 y lanzarnos todos cual hipster a por el abono del Sónar. Así no hay excedente que se resista. De ahí han saltado a las ofertas de ocio, alcohólico o no. Pero casi siempre, y por norma general, como algo temporal, limitado. Para explotar la necesidad humana de hacerse con el chollo.

Como todo, se desvirtúa hasta llegar a un modelo de negocio que hace del 2×1 su signo distintivo. Este caso concreto es la panadería anticrisis, pero seguro que hay otros ejemplos. En un momento de grandes dificultades para una parte importante de la población, llevamos el alimento más básico de todos a todo el mundo. Que no falte el pan.

Esta no deja de ser una forma más de guerra del pan torpemente disimulada. No es la barra a 20 céntimos de Quart de Poblet pero no está tan lejos. En el mostrador los precios oscilan entre los 80 céntimos y 1,15 euros. Con la política de ventas, en realidad, estan comercializando barras de pan, bollería, etc. entre 40 y 60 céntimos.

¿Cuál es el motivo de optar por este tipo de oferta en lugar de bajar los precios? Quizá porque poner barras de pan a 40 céntimos implica que se asocie con un pan de baja calidad. Aunque con probarlo una vez ya tenemos la certeza de que es así, las colas más largas de todo el barrio se siguen creando en esta panadería.

¿Es realmente esta una propuesta anticrisis? O ¿lo es más que el panadero que recorta al máximo los márgenes? El caso de la chica del principio -la que da origen a esta historia- no debe ser el único. ¿Cuánto pan debe haberse tirado en el barrio solo porque no te dan ni la opción de rechazarlo?

Es cierto que existen congeladores, que se pueden hacer migas, torrijas fuera de temporada, sopas de ajo o tostarlo y guardarlo. Pero no nos engañemos, mucha gente quiere el pan recién hecho, el del día. Una barra recién salida del horno, nada más.

En un estudio reciente se cifra en 7,7 millones de toneladas los alimentos que se tiran cada año en España. No son pocos los que ponen en el punto de mira las ofertas del 2×1 como uno de los culpables. Lo que podría ser una forma válida de quitarse de encima producto a punto de caducar -y condenado por tanto engrosar la cifra de comida tirada al contenedor- se vuelve en contra. Y en buena parte por nuestra poca conciencia. Sí, nosotros los consumidores. Porque si queremos o necesitamos uno, compremos uno. Si no es aquí es en la tienda de al lado, o en la de toda la vida. Esta es la auténtica actitud anticrisis.

4 COMENTARIOS

  1. Buena apreciación. En mi barrio la misma cadena hace la misma promoción, aunque 500 m más allá donde hay otro despacho de pan de la misma compañía no…. cosas de la vida! En todo caso, efectivamente se hacen unas colas enormes, pero aún así no veo barras de pan tiradas a la basura (como si veía hace unos años y no había la promoción). Será que la crisis aprieta más o que la gente comparte más (en mi caso nos repartimos con mis padres la compra de pan).

  2. En mi barrio pasa igual, hay una panadería que vende 2 barras a 60 céntimos, no son calentitas porque no son precocidas sino de horno, por lo que encima están más buenas. Los días que compro allí siempre me sobra pan, pero la verdad es que nunca lo tiro, siempre le doy alguna utilidad.

  3. Estoy completamente de acuerdo en toda tu valoración. Sin embargo, y quitando el aspecto clave del precio como bien comentas, creo que la gente en general tiene muy poco desarrollado el gusto por el buen pan. No dejan de asombrarme, por más que las viva, las exclamaciones de júbilo ante una bagette sosa, cruda y mala, que por el simple hecho de estar caliente, recibe las más altas calificaciones.

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