Las comidas y cenas navideñas son uno de los hábitats naturales de los listos. Esa especie muchas veces identificada en la figura del pobre cuñado y que se resume en ese familiar que sabe absolutamente de todo. Da igual si se habla de Siria, de los vinos de Jumilla o del anuncio ese de los que cocinan en Navidad. Pero ojo que él -sí, siempre suele ser un él- ayuda en casa y no es racista, pero los refugiados…
El caso es que no hace falta meterse en el siempre pantanoso terreno político para que surja la polémica porque, como hemos dicho, una de las características del «enterado» es que puedes lanzar cualquier tema a la mesa que seguro que habrá leído algo en Facebook que dice justo lo contrario de lo que tú opinas. Pero claro «esa es tu opinión».
Así que, siempre dispuestos a animar reuniones familiares liándola un poco, en La Gulateca hemos recopilado unos cuantos temas que siempre suscitan un debate animado y en los que -ahora viene lo importante- tú vas a saber más que tu cuñado.
¿El jamón con tinto? ¿El gluten engorda? ¿El sushi con bien de soja? ¿La auténtica paella…? Bueno, tampoco nos pasemos que no es plan de crear un cisma si hay algún valenciano por la familia. Eso sí, usa toda esta información con moderación para no acabar convirtiéndote tú en el cuñado.
· El café americano no se hace como tú crees
En el 95% de los bares de este país, un americano es un café solo más largo que se prepara dejando más tiempo pasar agua por la cafetera. ¡Error! Lo correcto es preparar un café espresso normal y añadirle agua caliente directamente. Lo aprendimos leyendo el libro Al grano de Kim Ossenblok. Por cierto, la cafetera italiana sí hay que limpiarla.
· ¿Vino a temperatura ambiente? De eso nada
Cuando salga el tema de los vinos -siempre sale, tranquilo- es tu momento. Justo cuando empiece a decir que sólo en Rioja hay vinos buenos y que él tiene una botellita guardada desde 1982 que le costó 200 pesetas pero que seguro que ahora está estupenda, suéltalo: «el problema es que el tinto se sirve demasiado caliente». Y ya está liada, claro.
· La carbonara no lleva nata
Mucho ponernos histéricos con la paella de chorizo de Jamie Oliver pero aquí todos somos expertos en cargarnos el recetario tradicional de otros países. Ya verás cuando le comentes a tu cuñado que la carbonara, en realidad, no lleva nata, y que lo de echarle chorizo a la paella, rebuscando un poco en la historia, tampoco es una locura.
· Sushi, lo hacemos todo mal
Es posible que a tu cuñado no le guste el sushi porque es demasiado exótico y donde estén los platos de siempre que se quiten las tonterías. Pero si sale el tema, estás de suerte porque en menos de cinco minutos podrás desmontarle todo su mundo.
· Gluten, la palabra mágica
Por una cuestión de simple proporcionalidad, si en la mesa sois más de cuatro personas seguro que hay algún intolerante a algo. Dicho con todo el cariño para quienes padecen una dolencia de este tipo, por supuesto. Hablamos de los otros, de los que culpan al gluten de todos los males de la humanidad -o a la lactosa- porque han leído algo en Facebook y a ellos les funciona. Es un tema delicado -si se complica, desvíalo hacia la homeopatía para aumentar la diversión- pero un vistazo a lo que cuenta el libro La mentira del gluten te vendrá bien.
· «Los restaurantes con Estrella Michelin son caros»
Tema recurrente donde los haya cuando llegue a la mesa un plato bien grande de algo y alguien diga que «esto es comer y no lo de los restaurantes modernos esos». Puedes molestarte en discutir que, en realidad, rara vez se sale con hambre de uno de esos sofisticados menús degustación, pero igual es mejor enumerar una decena de restaurantes con Estrella en los que comer por menos de 60 euros.
· Vino y jamón, polémica asegurada
Otro de los momento cumbre de cualquier banquete navideño es cuando alguien suelte aquello de que los blancos para el pescado y los tintos para la carne. En lugar de cuestionar, así en general, la sabiduría popular, mejor ir con un ejemplo práctico: el maridaje perfecto para el jamón no es un tinto como suele creerse, sino un blanco. O un cava. O un vino de Jerez.
Y ahora que ya has cogido carrerilla, puedes seguir con otro tema que seguro que le descoloca y que descubrimos hace nada: lo de tapar el jamón con tocino y un trapo es un gran error. Con estos dos, seguro que tienes tema hasta los postres.
· La copa del champán
¿Alguien ha dicho champán? Excelente, porque este tema también puede dar mucho juego. Concretamente la copa que se utiliza para servirlo y que -aquí viene cuando te luces- no suele ser la correcta. Efectivamente, esas clásicas copas tipo flauta que caen por docenas cada Navidad no son las más adecuadas para beber cava o champán. Unas sencillas de vino blanco son mucho mejor.
Todos o casi todos somos CUÑADOS de alguien.