Con la noche de fin de año a pocas horas y siguiendo con la irremplazable labor social que hacemos en LaGulateca, hoy queremos hablaros del que se ha convertido en nuestro libro de cabecera para las mañanas resaquiles. Se trata de The Hungover Cookbook, un recetario irónico e irreverente escrito a modo de libro de autoayuda por el escritor y bebedor Milton Crawford.
Nada más abrir el libro nos encontramos con el primer mensaje reconfortante: «Don’t Panic». Efectivamente, Crawford, experto en resacas, sabe que es fácil que la desesperación se apodere de nuestras cándidas almas la mañana después de haberte corrido una buena juerga.
Arrepentimiento, dolor de cabeza, náuseas… el autor nos habla de cómo superarlas y, de ese modo, aprender a vivir y disfrutar nuestra resaca en lugar de, simplemente, soportarla. En sus propias palabras: «Una resaca es una oportunidad para ver y saborear el mundo de una nueva forma»
El primer paso es descubrir el tipo de resaca que tenemos. Existen 6 tipos, descritos por P.G. Wodehouse en su novela The Mating Season. A saber: The Broken Compass (la brújula rota), The Sewing Machine (la máquina de coser), The Comet (el cometa), The Atomic (la atómica), The Cement Mixer (la hormigonera) o The Gremlin Boogie (el Boogie Gremlin).
Pero doctor, ¿cómo sabré qué tipo de resaca padezco? Muy sencillo, Crawford nos propone un pequeño test previo para saber qué tipo de dolencia postalcoholica tenemos. Una vez descubierto sólo nos faltará buscar en cada apartado recetas de «comida ligeramente picante que nos devuelvan la pasión por la vida» en el caso de que padezcas la brújula rota, comida que te haga sentir «como si estuvieras envuelto en un espeso edredón lejos del implacable y punzante ataque», si padeces la máquina de coser o, si la tuya es la atómica, platos que «reparen parte de la devastación que el alcohol ha causado en ti».
Os animamos a que – tengáis resaca o no, cocinéis habitualmente o no – le echéis un vistazo a este sarcástico recetario. No sólo sacaréis buenas ideas para domingos insufribles, sino que pasaréis un buen rato con el humor de Crawford.
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