No hay mayor drama para alguien con alma de hortelano que vivir confinado en un diminuto piso en una gran ciudad. Desengañemonos, la mayoría de lo que hemos visto para huertos urbanos sólo tiene sentido si disponemos de espacio en una terraza grande y soleada. Y, en fin, no todos los pisos reunen este requisito.
¿Qué hacer si el nuestro es uno de esos minipisos o un piso sin terraza o con terraza pero sin sol? Pues para estos casos desesperados hay quién ha ideado soluciones bastante ingeniosas más allá de plantar en algún pequeño tiesto.
Patidifusos nos hemos quedado con esta idea de dos jóvenes diseñadores franceses, Barreau y Chardonnet que hemos descubierto gracias a huertos.org. Es la máxima expresión de aprovechamiento del espacio. Tan solo necesitamos una ventana soleada – algo que ya es un poco más común – y avisar a los vecinos de abajo para que no se asusten.
Un plus de reciclaje tiene esta idea de jardín colgante que hemos visto en Yorokobu. Con unas botellas de agua vacías y un poco de maña podemos montar todo un huerto en cualquier rincón de nuestra casa. Esto sí, en cada botella una plantita así que hay que escoger entre bastante producción o variedad. Para más información no os perdáis Windowfarm, un blog de visita obligada para estos temas.
De la página Gardeners nos llega esta idea revolucionaria: macetas de crecimiento invertido con un sistema de autoriego incluido. En efecto podemos plantar tomates al revés. Y de paso damos un toque original a la decoración vegetal de nuestra casa.
Si no estamos para tantos atrevimientos tenemos algo más convencional. En Mumumio, tienda de referencia de productos ecológicos, podemos encontrar estos prácticos jardines verticales. Una manera de aprovechar el espacio que nos falta en horizontal.
Con todos estos inventos ya no hay excusa para ponernos a plantar lechugas. Aunque sigamos siendo conscientes que no hay nada como tener un huerto de verdad… algo que sólo está al alcance de unos pocos.
