Series de nuestra infancia a las que hincar el diente

 

Por Ninna Jorro

gokucomeSe han escrito infinidad de artículos sobre las series infantiles míticas de los 80 y los 90. Cuando llegamos a una cierta edad la expresión «ya no se hacen series para niños como las de antes», se convierte en una de nuestras favoritas. Para bien o para mal, las series de nuestra infancia nos han marcado y eso se nota en nuestra alma cocinillas.

Porque sí, en los programas y series que veíamos cuando éramos niños también había tiempo para comer, en algunos casos mucho. Aquí va una selección de momentos «gastro» que marcaron nuestra infancia… o no.

Garfield y la lasagna

¿Quién no se acuerda de aquel gato naranja y su amor incondicional por la lasagna? En aquella época las aventuras de un gato rechoncho, vago, algo aprovechado y con un apetito desmesurado nos parecían de lo más divertidas. Hoy en día quizá un personaje así sería acusado de ser poco educativo, de promover hábitos de vida poco saludables y hasta de hacer apología de la esclavitud representada en la figura del pobre Odie. Sea como sea, por aquí nos cortaríamos un brazo por oler y probar la lasagna que volvía loco a Garfield.

Chema, el panadero de Barrio Sésamo

Vamos ahora con un clásico patrio, porque quien no haya merendado pan con chocolate viendo Barrio Sésamo, una de dos: o no tenía tele en casa o tenía la fortuna de vivir en el extranjero. En el Barrio Sésamo de Espinete y Don Pimpón también había sitio para la comida, en concreto, para el pan. ¡Panarras del mundo postraos ante Chema, el panadero! Ni Mazinger Z, ni los Caballeros del Zodíaco, ¡él era el verdadero héroe! Su amor por el pan sólo podía expresarse de una manera: sí, has acertado, con una canción.

Las galletas mortales de Akane (Ranma 1/2)

Ranma 1/2 es una de las series juveniles más inquietantes y adictivas que conozco. A pesar de que no acababa de entenderla del todo (creo que sigo intentándolo) no me perdía ni un episodio. Y sí, Ranma 1/2 también tiene su momento «gastro» personificado en la joven Akane. A lo largo de la serie se volvió legendaria la incapacidad de la adolescente para cocinar algo decente. Su torpeza con los fogones es tal que hasta Ranma, un «chico» duro con un estómago a prueba de balas, cae fulminado tras una ración de galletas de Akane.

Son Goku comiendo como si no hubiera un mañana

Y llega el turno de la mítica Bola de dragón. Esta serie no es que tenga un momento «gastro», ¡es que tiene miles! No sabemos porqué pero Son Goku tenía siempre un hambre voraz. Acababa con toda la comida en cuestión de segundos, engullendo lo que fuese que hubiera en el bol casi sin ayuda de los palillos. Observando su depurada técnica, lo de comer con palillos parecía de lo más sencillo… Pero, ¡qué no te engañen! Todo son risas hasta que acabas en Urgencias después de atragantarte con el arroz tres delicias.

Las espinacas de Popeye

Nunca he sido demasiado fans de Popeye pero hay que reconocer que si alguien ha intentado que los niños comiesen espinacas de buen grado, ese ha sido él. A pesar de ser fumador de pipa, ir tatuado y siempre con la misma ropa, el marinero era un buen ejemplo para los niños, porque Popeye transmitía un mensaje claro: «come espinacas para ser tan fuerte como yo y zurrar a todo el que se ponga por delante». Y luego Brutus se llevaba la mala fama…

Indigestión de palomitas en Los mundos de Yupi

«¡Ya viene ya, con nosotros viene a jugar. Vamos todos con él..!» ¡Qué gran serie Los mundos de Yupi! Era nuestra serie de cabecera y así estamos… Aunque peor está la generación «Teletubbies». El caso es que Yupi y sus amigos también viven un momento «gastro» de la mano de una máquina de hacer palomitas, muuuuuchas palomitas. Tantas, que todos en el pueblo acaban con indigestión.

La pizza de las Tortugas Ninja

Voy a hacer una confesión: me quedé picueta cuando tuve un nivel de inglés suficiente como para entender que el nombre completo de las Tortugas Ninja era: Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes. ¡Si parece un telefilm de terror! ¡Uno que quiero ver YA! Confesiones aparte, lo cierto es que la pizza tenía un papel principal en la vida de Michelangelo, Leonardo, Raphael y Donatello. Mitad alimento, mitad fuente de poder, la pizza era la comida favorita de los cuatro protagonistas. No sabemos dónde la pedían pero la verdad es que tenía una pinta estupenda.

Alf intenta comerse al gato

Si hay una serie que gustaba tanto a niños como a adultos esa era Alf. Alf era un simpático extraterrestre (¿Por qué había tantos extraterrestres en las series? ¿Qué intentan decirnos?) que vivía en la Tierra oculto en el seno de una familia americana de clase media. Alf era un auténtico incordio para los Tanner, sobre todo para uno de ellos: el gato Lucky. El minino era el objeto de deseo de Alf, un bocado delicioso al que estaba deseando hincarle el diente.