Sol, playa, ensaimadas… No es que nos parezca un mal plan -sobre todo si las ensaimadas son de las buenas-, pero quienes viajen este verano a Mallorca pueden ir un poco más allá para descubrir un par de propuestas gastronómicas diferentes y que tienen la sal, el aceite y la sobrasada como protagonistas. No se puede ser más mediterráneo.
Escogemos el recién renovado Melia Palma Marina como punto de partida para la excursión. Situado frente al paseo marítimo y con todas las comodidades que da su nueva zona, The Level, merece la pena probar la cocina del nuevo Arado del hotel, hermano mallorquín del restaurante con el mismo nombre abierto en el Meliá Serrano de Madrid.
Clásicos que siempre funcionan (pulpo a la brasa), guiños más sanos y, por suerte, platos y producto locales en un nuevo espacio que apunta maneras en esta zona de Mallorca. Para algo más ligero, por cierto, el tapeo (muy buenas conservas y muy bien presentadas) y la coctelería del bar Colmado del mismo hotel. Y ojo a su desayuno, de los mejores y más variados que hemos podido probar últimamente.
Iniciamos nuestra ruta gastronómica alternativa por uno de los productos estrella pero más desconocido de la isla: la sal que se produce en las salinas de Es Trenc. Sí, cerca de una de las playas más espectaculares de Mallorca.
Muy recomendable el paseo hasta allí no sólo para ver el agua cristalina y de un verde intenso, sino también para ver el sistema de captación de agua y el canal que se ha mantenido desde la época púnica y fenicia.
Además de poder comprar sal y otros productos relacionados o descansar en su bonito chiringuito salino, son muy interesantes las visitas que organizan al salobrar para descubrir, por ejemplo, cómo se cosecha la flor de sal, el producto más exclusivo de la casa, y la denominada sal marina virgen.
Llama la atención que se hable de cosechar la sal, pero realmente es el verbo más adecuado para definir el método tradicional y el manual de recolección de esta flor de sal que sube a la superficie de las piscinas con el calor -la cosecha de realiza entre las 12 y las 8 de la tarde, después se vuelve a precipitar al fondo por la humedad- y se recoge con rastrillos, peinando la superficie del agua.
Un trabajo duro pero que los visitantes también pueden practicar para descubrir que también puede ser de lo más relajante. Eso sí, mejor ir bien protegidos del sol.
Con nuestra sal recién cosechada tomamos rumbo a los olivares de Aubocassa. Aquí se elabora uno de los aceites más cotizados de España y que, de hecho, fue pionero en ese concepto del aceite de oliva virgen extra de calidad premium que en los últimos años ha conseguido situar este producto en la categoría que merece.
La historia de la casa se remonta 28 años. Bueno, en realidad muchísimo más, porque hay vestigios romanos por todas partes, nos explican los responsables de la firma mientras recorremos los campos de olivos.
Aquí la arbequina es la reina, con una producción bastante limitada (unas 50.000 botellas al año) en las que prima la calidad sobre la cantidad. De hecho, hablamos de un aceite que se embotella bajo pedido -se mantiene en depósitos de acero inoxidable y se embotella según se va necesitando- y de pago, es decir, que se elabora sólo con las aceitunas de la propia finca.
Algo que permite que pase apenas una hora desde que se recogen las aceitunas hasta que el aceite sale de la prensa, combinando la última tecnología con un entorno histórico muy bien cuidado y donde se organizan visitas para que los viajeros descubran cómo se elabora el aceite y las diferencias entre las variedades, y lo caten.
La tienda de aceites y vinos -la compañía cuenta con bodegas en La Rioja- es el broche perfecto para las visitas que se organizan y que, como en el caso de las salinas, son la mejor forma de dar a conocer la riqueza gastronómica y de productos de Mallorca.
Por cierto, además de sal, aceite y una buena ensaimada -dicen que las de Ca’n Joan de s’Aigo son de las mejores de la isla- no podemos irnos sin probar las sobrasadas de Xesc Reina. Pero esto merece otra parada en nuestro viaje.
Las islas Baleares es un paraíso, e innovadoras. Ya no es disfrutar sus playas, ahora tenemos estos maridajes tan especiales con aceite de oliv avirgen extra y sal
además de ser un paraíso, Mak, produce productos impresionantes, como el aceite de oliva. Otra de las cosas que compro en Madrid de Baleares, es su agua marina