Meterse en harina y hacer pan puede parecer algo poco motivante con estos calores. Además, los panaderos más expertos nos dirían que las temperaturas de verano son un enemigo del matrimonio harina y levadura: en pocas horas podemos encontrarnos a la señora Masa instalada en casa y reclamando su sitio en el sofá.
Pero la verdad es que en verano tenemos algo que es básico en esto del pan: tiempo. No es necesario amasar dos kilos de masa y tener el horno encendido durante más de una hora para disfrutar y experimentar con los pequeños de la casa lo que son capaces de hacer las levaduras en una simple mezcla de harina y sal.
Y ya que estamos con harina, hay muchas más cosas que podemos hacer y que durante el año preferimos comprar en el supermercado. Aquí van cuatro ideas para que los pequeños aprendan en la cocina. Y sin cuadernos Santillana de esos.
Panecillos fáciles sin amasado
Ingredientes
- 500 gr. de harina panificable (en el supermercado harina de fuerza o harina para pan)
- 330 gr. de agua (el 66% del peso de harina)
- 10 gr. de sal (2 cucharaditas)
- 5 gr. de levadura fresca o 1,5 de seca
- Semillas para decorar
Como decíamos, no hace falta hacer una gran hogaza para alimentarnos una semana. De hecho, con esta receta ni siquiera hace falta amasar, que igual es lo que más sudores y pereza nos provoca. Y es que con esta fórmula del libro del maestro Ibán Yarza todo se resume en mezclar, observar y esperar. Esfuerzo cero y recompensa cien.
Empezamos por disolver la levadura en un poco de agua. Después, mezclamos todos los ingredientes con las manos. Es el momento perfecto para dejar que los pequeños se enguarren.
Una vez bien mezclado se deja reposar 5 minutos. Pasado este tiempo se hace un pliegue. Es tan sencillo como levantar un lado de la masa y plegarlo sobre el resto. Todo esto dentro del bol. Ahora ya solo queda guardarlo en la nevera con el bol bien filmado o cerrado herméticamente y esperar hasta el día siguiente.
En este tiempo podemos ir observando como, aunque esté en la nevera, va creciendo y llenándose de burbujas de aire (mejor si lo guardamos en un bol transparente para poder observarlo bien). Es el momento de explicar a los niños que las levaduras se alimentan de parte de la harina y a cambio expulsan gas, que es lo que se conoce como fermentación. Incluso a los niños más curiosos les podemos contar que el responsable de que las burbujas de gas queden atrapadas dentro de la masa es el terrible gluten, la proteína de la harina.
Al cabo de un día se saca de la nevera y se deja que coja temperatura. Luego se vierte sobre la encimera enharinada, se hace un rectángulo -lo mejor que podamos- y con cuidado cortamos unos dados de 7-10 centímetros que vamos a poner encima de un papel de horno, separados unos de los otros.
Debemos esperar una hora o dos para que cojan más volumen. Cuanto más calor haga, más rápido ocurrirá. Mientras tanto, precalentamos el horno a 240 grados y metemos una bandeja metálica vacía en el suelo del horno.
Antes de hornear los panecillos, los mojamos con un poco en agua, esparcimos semillas por encima para que queden bonitos, y al horno. Ponemos los panecillos en medio del horno y vertemos un vaso de agua en la bandeja de la parte inferior para que haga vapor. Evidentemente, este paso, prohibido a los cocinillas que no están ayudando.
Es el momento de observar lo que hace la temperatura a nuestros panecillos. En unos 10 minutos van a crecer. Después, bajamos la temperatura a 190 grados y dejamos que se terminen de hornear ya sin el vapor de la bandeja inferior. En cuanto estén tostados y al golpearlos por la base suene hueco, es que ya están a punto. Ahora sólo queda preparar con ellos unos buenos bocadillos para ir a la playa.
Masa de pizza a las hierbas
Nada de pizzas del supermercado, hoy toca una pizza 100% casera. Las cantidades son pequeñas, la masa es manejable, y es una buena excusa para practicar con el rodillo o incluso probar alguna que otra pirueta en plan Tortugas Ninja pizzeras. Si algo sale mal, siempre podemos ir corriendo al super a por una ya lista para hornear.
Ingredientes
- 250 gr. de harina normal
- 150 gr. de agua
- 5 gr. de sal (una cucharadita)
- 5 gr. de levadura fresca o 1,5 de seca
- 1 cucharada de aceite de oliva
- Hierbas aromáticas (orégano, albahaca seca, tomillo, romero…)
Debemos tener en cuenta que hay que prepararla unas dos horas antes de querer comer. Para empezar, mezclamos todos los ingredientes (incluidas las hierbas aromáticas) y dejamos reposar un rato. El tiempo concreto no es importante, así que podemos dedicarnos a otras cosas y cuando podamos, o nos acordemos, volvemos a hacer caso a nuestra masa.
Dependiendo de si hemos estado más o menos tiempo, la masa habrá trabajado más o menos. Esto es porque, con el reposo, se amasa sola, se vuelve elástica y manejable. En este punto podemos dejar a los niños que intenten amasarla, les será mucho más fácil, y será más difícil que hagan un estropicio.
Con un poco de ayuda adulta puede estar lista en 5 minutos. En cuanto notemos que está lisa, hacemos una bola -como si fuera plastilina- y la metemos en un bol tapado con film para que repose.
Cuando haya aumentado de tamaño es que está lista. La volcamos a la encimera con un poco de harina para que no se pegue. Con esta cantidad podemos hacer dos bases muy finas, tipo italiana, o bien una más gorda. La estiramos con el rodillo y la ponemos encima de papel de cocina. Mientras se calienta el horno al máximo, es momento de dejar volar la imaginación con los ingredientes de la pizza.
A continuación la metemos al horno en la parte donde haya más calor y dejamos que se cueza. Si por encima queda poco hecha, le metemos un golpe de grill al final y listos. Pizza casera en un plis y con diversión incluida.
Pasta fresca
Seguimos con nuestro plan italiano. La pasta no sólo gusta a casi todos los niños, sino que además es muy fácil de preparar en casa, con ingredientes asequibles y fáciles de encontrar.
Necesitaremos 100 gramos de harina y un huevo por ración. Es todo. Hacemos un volcán con la harina y cascamos los huevos dentro. Vamos mezclando de dentro a fuera para integrarlo bien.
Luego amasamos hasta que esté la masa lisa. Es una mezcla más bien seca, así que no se pega a las manos y tiene un tacto muy sedoso y agradable. Es relajante, y esto, en muchas ocasiones, es de agradecer para grandes y pequeños.
Una vez amasada se envuelve en film y se deja reposar media hora. Si hace mucho calor, mejor en la nevera. Pasado este tiempo se saca del envoltorio y, en pequeñas porciones, se estira bien con el rodillo hasta que esté muy fina.
Ya sólo quedar cortarla, dándole la forma que queramos. Es el momento de que los más pequeños le echen imaginación. Un truco para hacer tagliatelle, por ejemplo, es enrollar la masa -poniendo harina por encima para que no se pegue- y cortar rodajas que al desenrollar quedan como tiras finas.
Si hay algún caso de alergia al huevo, la pasta se puede hacer sustituyendo cada huevo por 60 gr. de agua. La textura no es la misma pero sigue siendo pasta fresca.
Pasta de sal (¡no comestible!)
Terminamos con algo que no se come. Ya que estamos con harina, sal y agua, aprovechamos para jugar con esta especie de plastilina casera, perfecta para tardes de aburrimiento máximo cuando una tormenta de verano obligue a quedarse con los niños en casa.
Para hacer pasta de sal mezclamos una parte de sal fina, una de agua y dos de harina. Mezclamos y amasamos como de si un pan se tratara. Para conservarla, hay que hacerlo envuelta en film en la nevera.
Tras esculpir y crear figuras con estas masa cual Ferran Adrià en pleno proceso creativo, podemos secar nuestras obras maestras -las de los niños, que es para que jueguen ellos- al aire libre durante unos días, o en plan exprés en el horno a 100 grados. Y ya estará a punto para pintar y dejar para la posteridad el arte de nuestros retoños.
Para los mas pequeños y no tan pequeños deben de probar los auténticos sobaos pasiegos un desayuno riquísimo y muy sano por que lo bueno no tiene que ser mas caro
http://www.elsobao.com
No creo que la bollería y la pizza sean los mejores alimentos para un niño.
Que plasta eres tio, con los sobaos, personalmente si tuviera que comprar sobaos, serías la última opción por pesado!