Recetas de verano: tarta sin horno de queso y cerezas

Fotos de Emma García para La Gulateca

¿Te da pereza cocinar en verano? ¿Miedo a acercarte a la cocina con estos calores? Que no cunda el pánico porque tenemos listas un montón de recetas ricas y fáciles de preparar -como siempre, pero más- y perfectas para sobrevivir a julio y agosto sin dejar de comer en condiciones.

Y aprovechando la temporada de cerezas, empezamos por una tarta tan resultona como fácil de hacer y -aquí viene lo interesante- que no necesita horno. La típica tarta de queso, pero con un par de vueltas para que nos quede más rica y con las cerezas como protagonistas.

Es verdad que queda un postre o merienda de esos contundentes, así que mejor no pasarse con las raciones. O invitar a mucha gente a comer. O guardar para tener tarta unos cuantos días.

Por cierto, hemos probado la versión helada y también funciona muy bien. Bastaría con meterla unas cuantas horas en el congelador, sacarla unos 10 minutos antes de servir y listo. Tarta fría o tarta helada en una receta de temporada y riquísima.

Ingredientes

  • 200 gr. de galletas tipo Digestive o María
  • 70 gr. de mantequilla
  • 200 ml. de nata líquida
  • 370 gr. de leche condensada (1 bote pequeño)
  • 600 gr. de queso tipo Philadelphia
  • 1 sobre de cuajada
  • Zumo de 1 limón o lima

Para la cobertura
  • 300 gr. de cerezas
  • 50 gr. de azúcar
  • Zumo de medio limón

Preparación

Trituramos las galletas con ayuda de un robot de cocina o a mano, metiéndolas en un bolsa para congelar y dándole golpes con un rodillo o lo que se nos ocurra.

Derretimos la mantequilla al fuego o al microondas y mezclamos con las galletas hasta conseguir una textura que recuerde a la arena mojada. En el molde que usaremos para la tarta, lo colocamos en la base, compactándolo con la ayuda de una cuchara. Lo metemos en el congelador.

Mientras tanto, en un cazo a fuego suave mezclamos la nata líquida, la leche condensada y el queso tipo Philadelphia. Removemos con una varilla para que no queden grumos y, cuando rompa a hervir, apagamos el fuego y añadimos el zumo de limón y el sobre de cuajada.

También se podría sustituir por gelatina neutra en láminas, pero la verdad es que esta fórmula es más cómoda y hemos podido comprobar que tampoco afecta al sabor de la tarta.

Por otro lado deshuesamos las cerezas. Aunque también podríamos picarlas y usarlas en crudo sobre la tarta (en ese caso las dejaríamos un buen rato sobre un colador para que soltaran el agua), hemos optado por preparar una sencilla mermelada de cerezas.

Para ello, las trituramos con la ayuda de un robot de cocina o batidora, y las ponemos en un cazo con unos 50 gramos de azúcar. ¿Sólo? Sí, tampoco queremos que nos quede muy dulzón, aunque si es el caso bastaría con subir la cantidad. Añadimos también el zumo de medio limón, que le dará un toque ácido interesante. Dejamos que espese sin dejar de remover, y en unos 10 minutos estará lista. Reservamos y dejamos que se enfríe.

Sobre la base de galletas añadimos la mezcla de queso y nata, y dejamos que se acabe de enfriar. Lo dejamos como mínimo 3 horas en la nevera para que se solidifique bien. De hecho, mucho mejor si nos organizamos un poco y lo dejamos hasta el día siguiente.

Ya sólo falta cubrir la tarta con la mermelada de cerezas antes de desmoldarla y servirla. Y, como decíamos antes, congelada también funciona estupendamente, así que con una sola receta tenemos casi dos tartas diferentes. Éxito asegurado.

3 COMENTARIOS

  1. Excelente receta, me parece que al combinación de ingredientes es excelente.
    Aquí te comparto mas recetas y que tienen un contenido de calorías muy bajo, que son deliciosas y simplemente no vas a engordar.

  2. Hola Sara. Este molde era de 24x24cm, si usas uno más pequeño te quedará más alta la tarta, si es más grande igual sí es mejor que adaptes las cantidades para que no quede demasiado fina.
    Un saludo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí