
Seguimos empeñados en que este verano os animéis a preparar helados caseros. Aunque puede sonar complicado, en realidad es muy fácil, así que tras aquel sanísimo helado de plátano, y los Frigopies del otro día, hoy vamos a probar con unos polos de sandía helada.
¿Dificultad? Cortar sandía, congelarla y tener un poco de gracia a la hora de decorarla. Así de complicado es preparar esta receta, perfecta para luchar contra el calor y para convencer a los más pequeños de que comer fruta puede ser muy divertido y rico. Y, por supuesto, para usar la sandía para algo más que hacer gazpachos postmodernos.
Ingredientes
- Sandía
- Palitos de madera para polos helados
- Chocolate blanco y/o negro de fundir
Preparación
Necesitaremos un buen trozo de sandía madura y bien carnosa. Cortamos una rodaja de unos 2 centímetros de ancho. Es importante no pasarse para que sea fácil de comer, pero tampoco hacerlo demasiado fino para que no se rompa. Cortamos la rodaja en triángulos.

Fundimos al baño María o al microondas 100 gramos de chocolate negro y otros 100 de chocolate blanco. Pinchamos los palitos en la cáscara de cada triángulo de sandía y decoramos con el chocolate. Aquí es donde tenemos que demostrar nuestro arte a la hora de hacer polos diferentes.
Si la sandía está fría, el chocolate no tardará en solidificarse. Cuando veamos que ya no se cae, colocamos los polos de sandía en una bandeja sobre papel de hornear y lo metemos en el congelador durante por lo menos una hora.

Y listo. Nuestros polos caseros de sandía serán un auténtico éxito. ¿No los queremos dulces? No pasa nada, nos olvidamos del chocolate, congelamos los triángulos de sandía sólo y los servimos con una pizca de sal, un chorrito de lima y, para los más animados, un poco de chile picado y de tequila. Una idea de Mónica Escudero que -aprovechando la ocasión- aquí hemos probado en versión helada.