Seguimos soperos y exóticos. Si la semana pasada aprendimos a hacer un caldo estupendo con jengibre y té en sólo 10 minutos, ahora ha llegado el momento de pasar al siguiente nivel: ramen. Esta sopa oriental de origen chino, pero que ahora identificamos más con Japón, no sólo está de moda sino que -y esto es lo que nos interesa- está buenísima.
Aunque podríamos usar perfectamente el caldo del otro día como base, esta vez vamos a improvisar uno con verduras y miso. A partir de ahí, no tiene mucho misterio: unas algas, panceta que hemos macerado antes en soja, huevo cocido y fideos de arroz. Sí, esto es un ramen a nuestra manera así que posiblemente si algún japonés nos oye llamar a esta cosa «ramen» le entrarán ganas de hacerse el harakiri.
Pero oye, a nosotros al menos nos sirve para quitarnos ese mono que de vez en cuanto nos entra cuando no tenemos tiempo o ganas de aguantar la cola del Ramen-ya Hiro, considerado por muchos el mejor lugar para comer ramen en Barcelona. El nuestro no está a la altura, pero lo tenemos en casa y se prepara así de fácil.
Ingredientes (para 2 raciones)
- 1 litro de agua
- 2 cucharadas soperas de verduras deshidratadas
- 2 bolsitas de preparado para sopa de miso
- 1 huevo cocido
- Panceta
- Salsa de soja
- Alga nori
- Cebollino
- Sésamo
Preparación
Para ir adelantando trabajo, ponemos a cocer el huevo. Cortamos también la panceta y la dejamos macerando con la salsa de soja. Hecho esto, nos ponemos con el caldo. Podemos usar como base un caldo suave que ya tengamos por casa, el que os explicábamos el otro día, o preparar uno como éste con verduras y miso.
Los preparados para sopa de miso -un fermentado de soja- son fáciles de encontrar en cualquier gran superficie o en tiendas especializadas. Pero antes vamos a poner el agua con las verduras deshidratadas -una de esas cosas que merece la pena tener siempre por casa para salvar una cena- unos 20 minutos. Pasado este tiempo, añadimos el preparado de miso y un poco de salsa de soja.
No hay que pasarse porque no queremos que esta salsa se lleve por delante el sabor del miso. Dejamos otros 10 minutos a fuego suave, probamos y corregimos el punto de sal. Cuidado porque entre la soja, el miso y la panceta no habrá que añadir mucha. Nosotros dejamos el caldo tal cual, pero si a alguien le da cosa encontrarse con las verduras, éste sería el momento de colarlo.
Podemos usar cualquier fideo que nos apetezca o tengamos por casa. Nosotros hemos optado por unos de arroz muy finos que se hacen en apenas cinco minutos y con el propio calor del caldo, sin necesidad siquiera de tenerlo al fuego.
Mientras se hacen, rescatamos la panceta y la pasamos por la sartén. Pelamos y partimos el huevo cocido por la mitad y todo listo para montar nuestro ramen. Colocamos en un bol el alga nori, vertemos el caldo y añadimos la panceta y el huevo. Para rematar y decorar, el cebollino y un poco de sésamo, que siempre hace bonito.
Cuchara, palillos y a disfrutar de este ramen poco ortodoxo pero muy sencillo y resultón.
Tenía emtendido que el Miso no puede hervir para no matar a los fermentos. ¿Es así o no?
Marta, yo tengo entendido lo mismo sobre el miso. Las altas temperaturas destruyen las encimas.